Un Pleno Sol
La unidad política entraña sacrificios y dejar los egos a un lado. En la República Dominicana todos los frentes unitarios han fracasado, porque no hay forma de corresponder a las exhibiciones de liderazgo de sus principales figuras.
Las alianzas, de acuerdo a lo que enseña la historia dominicana, siempre se ejecutaron para afincar la marcha hacia el poder. Es difícil que un partido en solitario preserve o conquista el gobierno. De ahí que los acuerdos electorales son casi obligatorios.
Por demás, en el país al parecer no está reglamentada la actividad partidista. La Junta Central Electoral tiene que depurar la existencia de grupos minúsculos, que su única misión es formar alianzas electorales, para mantener la personería jurídica.
Sin embargo, los grupos emergentes son parte fundamental de la sociedad, porque permiten la diversidad de las ideas, y abren un abanico donde cada dominicano tiene oportunidad de expresarse de acuerdo a su conciencia. No se puede en una verdadera democracia cercenar el espíritu de la libre manifestación de preferencias.
Con el tiempo esos partidos políticos deben ir bifurcando caminos que sean de mayor independencia, y defendiendo derechos inalienables del pueblo. Ya han surgido grupos patrióticos, y es de esperar que en venideras elecciones tengamos agrupaciones defensoras de la ecología, de los trabajadores y de sectores minoritarios de la sociedad.
Con miras a los comicios, solo hay posibilidad de dos frentes unitarios. El del gobierno y el de la oposición. Se puede dar el caso de que los dos partidos mayoritarios de la oposición decidan ir con bloques independientes, lo que a largo plazo les perjudicaría.
Desde el oficialismo ya hay montado un gran bloque de partidos para impulsar la reelección, y solo se espera el momento táctico para hacer el anuncio. En sectores de la oposición se comienza a trabajar buscando la unidad, y no sólo conseguir a dirigentes que se van en solitario.
En el ejercicio político se debe tener en cuenta que la unidad no se da entre amigos y seguidores, sino que tiene que ser contando con los adversarios. De hecho, no hay amigos ni enemigos, sino aliados coyunturales. Los norteamericanos son bien claros en este principio, que lo aplican en sus relaciones a nivel mundial.
El país necesita una gran alianza nacional, de coyuntura y acción, para buscar soluciones a problemas fundamentales- Todo el conglomerado nacional debe hacer revisiones, y comprender que en solitario nadie tendrá las fuerzas para lograr dar pasos certeros hacia un mundo mejor. ¡Ay!, se me acabó la tinta.
manuel25f@yahoo.com
(El autor es periodista residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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