En realidad, lo neoliberal es neoconservador. De liberal tiene el disfraz: libre mercado, libre competencia, liberación de precios, y privatización de lo social y público como sinónimo de democracia económica y libertad… ¡Puras falacias!
El neoliberalismo es conservador y anti-democrático.
Es el periodo de la fase imperialista del capitalismo en que sus potencias estrangulan los mercados internos, monopolios y oligopolios imponen los precios, la gran propiedad subordina y manipula en mayor grado la pequeña, la exclusión social se multiplica, el egoísmo prima sobre la solidaridad, los servicios sociales se privatizan y todo se va mercantilizando; incluyendo política, partidos y elecciones.
La partidocracia termina usando en gran escala el Estado para hacerse ella misma capitalista, al tiempo que se asocia a los grandes grupos empresariales, para servirles y engordarlos. Paso a paso la partidocracia se va transformando en plutocracia (poder del dinero) mientras los megas capitalistas asaltan los cargos ejecutivos.
Las desigualdades se tornan abismales. Gobierno, Estado y partidos se privatizan en sí mismos… Crece el despotismo económico, social y político. Se acelera la conversión de ciudadanos/as, electores/as en clientela cuya dinámica no solo opera en las campañas, sino que se ejerce y expande un Estado privatizado y privatizador, generador de esas desigualdades y de un horrible proceso de empobrecimiento material y espiritual de gran parte de la sociedad humana y su entorno natural.
Así del saqueo del patrimonio natural a base de onerosas facilidades, se pasa a la apropiación directa del mismo por el gran capital privado en dimensiones y vertientes inéditas: suelo, subsuelo y sobresuelo. Fuentes de agua, sol, brisa, bahías, ensenadas, playas vírgenes, montañas y áreas protegidas.
De ahí brotan los resorts al borde del mar, puertos, aeropuertos, autovías, presas y acueductos privados; campos de paneles solares y molinos para energía eólica privados, hidroeléctricas privadas; el agua para garantías de préstamos y tesoros naturales convertidos en negocios …a los compases avasallantes de la marcha de las APPS, Fideicomisos y del predominio de la mentalidad empresarial capitalista en el manejo del Estado y la política.
Y como la civilización capitalista occidental está en crisis de decadencia, porque su poder dominante resulta altamente destructivo del planeta y sus seres humanos, su dominación se gansteriza y pentagoniza; y además se amalgama con la supremacía blanca, el patriarcado y el dogma religioso, el poder capitalista se torna más racista, machista, xenófobo, homófobo y criminal.
El capitalismo entra así al periodo ultra-neoliberal o ultra-conservador de su fase actual. Fascistoide, en fin, de cuentas. Como está pasando aquí.
narsoisa@gmail.com
(El autor es dirigente político residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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