El presente artículo es una colaboración del doctor Domingo Antonio Hernández, apreciado amigo, médico oftalmólogo, a quien agradecemos escoger esta columna para divulgarlo. He aquí el escrito del doctor Hernández:
La primera lágrima será vertida para enjuagar y enjuiciar algunos aspectos de la economía, deben ser los más elementales, los que saben y sufren la mayoría de la población.
Como no soy experto en política económica, tal vez alguien sepa cómo beneficia a la gente la devaluación sigilosa de la moneda nacional ¿a quién beneficia el incremento desmedido de los impuestos y a quién la inflación?
Si nos colocamos al lado de los que ganan sueldos mínimos o cercanos a estos, no sabemos cómo pueden solventar las necesidades básicas, pero si observamos a los desempleados, entonces nos damos cuenta de que no debemos seguir inflando el globo. No he oído a ningún político que haya expuesto un plan razonable y estratégico que pueda revertir esta dramática situación.
Es iluso pensar que se pueda mejorar la economía de la noche a la mañana, pero creo que los primeros pasos deben ser dados por el Gobierno, soltando un poco los lastres del subdesarrollo. Para reducir el desempleo y aumentar la producción debemos volver a poner el campo a producir, estimulando, facilitando y protegiendo la inversión en el agro y la pecuaria, mejorando así la producción de alimentos y el uso de mano de obra que no necesite tanto entrenamiento.
A las familias dominicanas hay que permitirles vivir decentemente y eso no lo logramos dándole más, sino, quitándole menos. Lo poco que gana un obrero se le va en impuestos directos e indirectos, como son los combustibles, que, si bien no los producimos, tampoco debemos duplicarles los precios porque se encarecen. Si reducimos la carga impositiva, también bajarán los precios y aumentará la producción y el consumo, estimulando el comercio.
Pero, levantemos por un momento la mirada, observemos al grupo de personas que se reparten el botín ¿Cuál gobierno pondrá equidad y justicia entre los servidores públicos? Muchos de nuestros males y dificultades vienen de la pérdida de valores y de la pérdida de esperanza en que podremos salir de esta pobreza inducida.
Analizar cada renglón de la economía de un país debe ser tema para expertos, y nosotros los tenemos, los políticos que den el primer paso y seguro que se reducirá la delincuencia e inequidad que resultaría en mejor calidad de vida para la sociedad dominicana. Escuchemos el grito ¡Ahora!.
rafaelperaltar@gmail.com
(El autor es periodista y escritor residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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