Aunque muchos lo dudamos, todavía no podemos confirmar a ciencia cierta, que la vida, solo discurre en esta bola gigante o «plato», como insisten en creer otros, llamado tierra. ¿qué somos los únicos?. En lo que comprobamos la respuesta, digamos que sí, andamos «solos» en el universo y apenas a 60 millas del espacio infinito… ¿se imaginan? Un viaje en auto desde Miami a West Palm Beach.
En el año 1885, se vendía la cocaína en los Estados Unidos como remedio para «adormecer» el dolor de dientes. En el 1895 la compañía Bayer, vendía heroína como santo remedio para la tos…en el 1928, se promovía el agua radiactiva como estimulante para combatir la fatiga…Amelia Maggia murió en el 1922 y luego decenas de sus jóvenes compañeras de trabajo, de hasta 14 años, producto de ingerir pintura fluorescente radioactiva que usaban para pintar relojes.
Hoy, las docenas de vacunas que exige el Estado para «prevenir» a nuestros hijos de enfermedades, están elaboradas en cultivos de células de mono, huevos de gallina y un sinnúmero de piruetas que serían la envidia de cualquier circo. La cantidad de niños autistas ha aumentado de forma alarmante desde el uso en masa de las mismas.
Dada la nueva situación en la que el mundo se encuentra, docenas de laboratorios están concentrados en encontrar «la fórmula milagrosa» que erradique el flagelo viral que anda sembrando de decesos la geografía planetaria.
Los hombres o marcianos que dirigen las grandes corporaciones del planeta son capaces de un «firmazo» de despedir a miles de empleados sin que les tiemble el pulso. En el caso de Amelia, ya conocían de antemano los efectos de la radiación, sin embargo, continuaron contratando a más jovencitas hasta que en el 1930 tuvieron que ceder ante el escándalo desatado.
Yo no tengo idea de cuál será el escándalo que se quiere tapar ahora o si «vacunándonos» seremos engañados en nuestra «ignorancia» patética y real pensando como antaño en que la radioactividad, la cocaína o la heroína los libraba de un mal que los llevó a todos a la tumba. Yo no se absolutamente nada…. ¿y usted?.
Mientras la incertidumbre acompaña al planeta desde hace millones de años en su vagar por el incierto y agitado universo, en las casas de todo el mundo se cuecen habas que han delatado «hasta donde estuvimos dispuestos» o dicho de otra manera… ¿hasta dónde realmente nos importa el otro?.
Estamos solos. La consigna es; no te me acerques porque me podrías o te podría enfermar. Pero más allá de esa verdad, cerrando las puertas de nuestras casas nos olvidamos de la caridad manifestada por un mecías, un tal llamado Jesús, que se acercó a los enfermos cuando nadie se atrevía.
Hoy, se han derrumbado las iglesias y las caretas humanas como en otras pestes anteriores. Jesús carece de efecto en sus bocas, es como esa disyuntiva inicial en la que nos preguntamos; ¿somos los únicos del universo?. En el fondo, con su actitud egoísta de salvarse dudan! Sin cuestionarse ¿existió?.
Lo divino es lo divino, no son asuntos nuestros…
Si algunos pensaban que esta lección de fragilidad nos serviría para ser mejores, más espirituales y solidarios están equivocados. Si acaso «algo» aprenderemos será precisamente el continuar aislándonos como islas solitarias. Las fugas masivas al campo serán el destino anhelado.
El planeta se ha callado, hoy gira más silencioso que nunca hacia el infinito mar de estrellas. Sus ocupantes se esparcen como ermitaños, se aíslan tratando de respirar un aire único y exclusivo en búsqueda de los cien años…
El mundo, por muy breve que sea para cada uno de nosotros, es un lugar maravilloso. Un regalo fortuito o divino no importa!. Fascinante y colmado por seres inteligentes…y no tanto, que buscan la felicidad. No es posible encontrarla de forma individual, es un asunto que solo funciona con el concurso de todos ¿solos!? Es imposible. Salud!. Mínimo Caminero.
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