Por Andrew Powell
Redacción (BID).- “El petróleo llega a precios negativos de -US$37 el barril.” Ésos eran los titulares el 20 de abril. ¿Un precio negativo para el petróleo? Muchos amigos me decían que no tenía sentido.
Para entender lo que pasa, demos unos pasos atrás. Hay dos precios estándar para el mercado global del petróleo. En Estados Unidos, un mercado de futuros de una mezcla conocida como WTI (West Texas Intermediate) es un importante precio de referencia.
El otro es el Brent (nombrado así por un yacimiento petrolífero en el Mar del Norte) que se originó en Londres y que ahora ha ganado más aceptación como precio global del petróleo.
En realidad, el WTI es una mezcla algo más dulce y ligera que el Brent y son muchos los que piensan que debería negociarse con una prima, pero eso sucede rara vez estos días.
Una característica curiosa del mercado de futuros de WTI es que si alguien compra petróleo para que se lo entreguen en el futuro (una posición larga o de compra), la entrega de ese crudo se produce en Cushing, Oklahoma.
¿Por qué Cushing? Esta pequeña ciudad de 8000 habitantes es donde convergen varios oleoductos importantes y alberga un conjunto de grandes instalaciones de almacenamiento.
Aun así, en la práctica la mayoría de las personas que utilizan este mercado no asume la entrega. Se estima que sólo el 5 % de los contratos, como máximo, se deja expirar.
Sin embargo, hay miles de millones de barriles de petróleo que se comercializan cada año utilizando los contratos de futuros de WTI, lo cual es sumamente útil para quienes quieren tomar una posición en el precio del petróleo (ya sea al alza o a la baja) o para quienes tienen que cubrir los riesgos del precio del petróleo.
No obstante, en situaciones extremas, las condiciones de entrega pueden ser muy importantes. Si bien hay abundante capacidad de almacenamiento en Cushing, al final esta capacidad es finita. Dado que la demanda ha disminuido tanto y el petróleo seguía llegando a Cushing por los oleoductos, esa capacidad de almacenamiento se agotó.
El contrato de mayo de hecho se fijó el 21 de abril – la fecha de settlement. Por lo tanto, cualquiera que no quería comercializar el petróleo en términos físicos tenía que cerrar el contrato antes del final de ese día.
El consejo habitual para cualquiera que se encuentra en esa situación consiste en cerrar sus posiciones unas dos semanas antes de que venzan sus contratos.
Entonces, ¿por qué el contrato de mayo acabó con un precio negativo el 20 de abril? La explicación más probable es que los operadores que no tenían intención de tomar el petróleo físico no habían cerrado sus posiciones o algunos que tenían posiciones largas y estaban planeando asumir la entrega física entendieron que no podían hacerlo, dado que no había ningún lugar para almacenar el petróleo.
El volumen comercializado el 20 de abril fue de unos 150 millones de barriles, una cantidad nada desdeñable.
Los que tenían que vender lo hicieron a cualquier precio. Para algunos, hacia el final del día, cuando la liquidez probablemente cayó, era menos costoso vender a un precio negativo que pagar para almacenar de alguna manera el petróleo en otras instalaciones.
Sin embargo, lo importante en este caso es que un precio negativo del contrato de futuros del petróleo de WTI en mayo no es un precio negativo para el petróleo.
Los contratos de futuros de junio se cerraron el 20 de abril con un monto positivo de US$20 por barril y tenían un volumen de aproximadamente 1000 millones de barriles de petróleo ese día, mucho más que el del contrato de mayo. Por lo tanto, para WTI se trataba de un precio más representativo.
Además, Brent cerró ese día a aproximadamente US$26 el barril. Las condiciones de entrega para el Brent son muy diferentes y están mucho menos sujetas a estas circunstancias muy locales. El precio del petróleo es bajo según cualquier baremo histórico, pero no es negativo.
La diferencia entre estos precios de referencia (US$20 para el WTI de junio y US$26 para el Brent), que reflejaban más adecuadamente las condiciones del mercado global, y los -US$37 para los futuros WTI de mayo, tenían que ver con las condiciones de entrega en Oklahoma y las posiciones que algunos tenían que cerrar.
Pero puede haber más repercusiones. A medida que el contrato WTI de junio se convierta en el próximo contrato que expire (el contrato nearby), la liquidez en el mercado de WTI probablemente cambiará más rápidamente a los futuros de julio, para que los operadores intenten evitar quedar atrapados con posiciones abiertas.
Es posible que el contrato de WTI más próximo (el nearby) puede dejar de ser un precio de referencia útil. Y solo el tiempo dirá si el hecho de que las instalaciones de almacenamiento de Cushing estén llenas es una nueva información para el mercado del petróleo en general, haciendo que el Brent y otros precios bajen.
Hay otra lección que se puede aprender de esta experiencia, concretamente, a propósito del diseño de los mercados de futuros. Parece probable que las condiciones de entrega para los WTI futuros serán objeto de escrutinio, y quizá se puedan hacer más flexibles.
Una solución más extrema sería introducir una liquidación en efectivo (cash settlement), pero ése es un debate para otra ocasión.
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