Por Claudio Caamaño Vélez
La mayor sequía en Europa en 500 años; la mayor sequía que se tiene registro en algunas zonas de China; tras dos décadas de sequía en Estados Unidos se agotan sus principales ríos…. Estos son algunos de los titulares ante la crisis del agua.
Esta situación es provocada por diversos factores: deforestación, crecimiento poblacional; pero el más importante: cambio climático.
Este fenómeno se repite en el planeta de manera natural, pero ha sido acelerado por la actividad humana, con la reducción de bosques y la emisión de gases (en especial dióxido de carbono) que contribuyen a incrementar la temperatura global.
La variación de temperaturas provoca un cambio en el régimen de vientos del planeta, conllevando grandes cambios en el régimen de lluvias.
El calentamiento global provoca que más zonas del planeta se desertifiquen y que haya menos bosques, por ende, que aumente más la temperatura. El cambio climático se acelera cada día.
Sin dudas esto en algún momento volverá hacia atrás, pero tal vez ya no estemos aquí. Lo que en tiempos geológicos es breve, en tiempos humanos puede ser mucho. Mil años para el planeta es un abrir y cerrar de ojos, pero… ¿y para la humanidad?.
Esto nos impone prepararnos para una nueva realidad mundial, en la cual tendremos que vivir (y sobrevivir). El agua y los alimentos serán el nuevo petróleo, el nuevo oro; y más preciados aún, pues ni el oro, ni el petróleo son tan imprescindibles para la vida como comer y tomar agua.
Lo que está por verse no es si eso ocurrirá o no, lo que hay que ver es como lo estamos afrontando. ¿Estamos preparados? ¿Nos estamos preparando?.
claudiocaamano@gmail.com
(El autor es director ejecutivo de Tecnificación Nacional de Riego).
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