Por Manuel Hernández Villeta
Era obligatorio que se pospusieran las elecciones para el mes de julio. No había con el corona virus condiciones para que se procediera a las votaciones para escoger al Presidente, a los senadores y a los diputados.
La Junta Central Electoral dio una muestra de verticalidad fijando una nueva fecha para los comicios. Los partidos hicieron un consenso en torno a la necesidad de posponer la fecha de mayo. Casi todos estuvieron de acuerdo en relación con el mes de julio.
Se tendrían que celebrar tres elecciones en julio. La de los legisladores y casi en simultaneo las presidenciales. Pero vamos a una segunda ronda, donde irán los que lleguen en los dos primeros lugares. O sea que los amarres y acuerdos de segunda vuelta darán el triunfo.
Serán las más traumáticas elecciones de la historia dominicana. Se tendrán que celebrar con una gran abstención, y posiblemente con las personas haciendo las filas con gran temor. No se sabe el tiempo que durará la versión local de esta pandemia, pero sus efectos colaterales estarán todavía en el mes de julio.
Es una crisis de salud que va para largo, y hay que prepararse para la misma. No importa si hay una masiva abstención, las elecciones se tienen que celebrar a como dé lugar antes del 16 de agosto.
Pero una cosa a la vez. Lo que pueda pasar entre julio y el 16 de agosto, en caso de que siga el coronavirus y no se puedan celebrar las elecciones, son especulaciones que no caben en estos momentos. Hay que actuar de acuerdo con la realidad.
Reconocemos la verticalidad y decisión de la Junta Central Electoral que llamó a consenso al liderazgo político nacional en torno a si era pertinente celebrar las elecciones en mayo, y luego de esas reuniones y escuchar opiniones de todos, tomó una decisión.
Nos parece fue la más correcta. Ya habíamos escrito varias columnas donde pedíamos a la Junta que analizara la necesidad de que se moviera la fecha de celebración de las elecciones. Pusimos el mes de julio como la nueva fecha, aunque en esos artículos no señalamos día específico.
La única forma que tienen los dominicanos para mantener la democracia es celebrar elecciones libres y democráticas, para escoger a sus autoridades. No hay otra. Todos los dominicanos tienen que hacer el máximo esfuerzo para seguir fortaleciendo las columnas de la democracia. Un pequeño descuido, tropezón o impertinencia, nos puede llevar al precipicio. «!Ay!, se me acabó la tinta.
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