El año escolar está irremediablemente perdido. El sector educación lo que tiene es que prepararse para el período lectivo entrante. Con dos procesos electorales y el coronavirus, no hay forma de salvar la presente etapa de la educación.
En lo que se tienen que poner de acuerdo las autoridades es como van a salir con las promociones. Es difícil poder ahora hacer exámenes de evaluación, por lo que se tiene que llegar a un consenso sobre las acciones a tomar.
Ya de por si la escuela dominicana es altamente deficiente. Este año de una corta marcha se debe quedar suspendido. Para el próximo período hay que comenzar sin ataduras, y sin tratar de completar el presente año lectivo.
En la escuela pública los muchachos tienen más de un mes que no le ponen la mano a un cuaderno, por lo tanto es una mala idea estar pensando en una evaluación para ver si los estudiantes pasan de curso o se queman.
El ministro de Educación comete un error cuando dice que el año educativo sería suspendido para todos por igual. No es así. Los colegios privados están trabajando dando sus lecciones por internet.
Mientras en la escuela pública lo único que se ha mantenido es el suministro del almuerzo, en el sector privado las casas se convierten por la mañana en un aula virtual. A los colegios que han trabajado por las redes, se les tiene que reconocer ese esfuerzo.
Lo lamentable es que el Ministerio de Educación no tenga una plataforma digital, que le hubiera permitido salvar el presente año escolar. Han sido unas vacaciones con salarios para los maestros. El gremialismo luce indiferente en ser parte de las soluciones a la crisis.
La educación dominicana está fallando. Hay grandes lagunas. Camina a tropezones, y se hace necesario que se le haga una profunda evaluación. Tiene que tener disponible un portal para impartir clases a distancia.
Hay una solución posible. Que de acuerdo con las notas mensuales se procederá a promover a los muchachos que lo ameriten, o pasar a todos de curso. Son medidas de emergencia, lo que se tiene que aplicar con mucho consenso y responsabilidad.
En miles de familias dominicanas hoy llega la inestabilidad. El coronavirus llevaba el desasosiego general, mientras que la crisis económica deja a sus padres sin recursos. Las cifras más conservadoras hasta el momento es que medio millón de empleados están en recesión, o sea suspendidos.
Hay que trabajar a fondo para que de esta desgracia no se produzca una masiva deserción de la escuela. Desde ya se tiene que ir orientando a los padres y tutores sobre la importancia de mantener el espíritu de los niños y adolescentes, para que estén listos a volver el próximo año a la escuela. El futuro se tiene que ir sembrando hoy, el país está con esos niños. ¡Ay!, se me acabó la tinta.
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