Por primera vez en muchos años, la Semana Santa será de recogimiento. Se dejarán fuera las visitas a las playas, los tragos, los ríos y las vanidades. El coronavirus lleva a la meditación y las vacaciones de esta semana serán para evaluaciones personales y colectivas.
Es digna de ser apoyada la acción de las autoridades de prohibir el tránsito interurbano en la semana mayor. Asimismo que no se cristalicen los planes de un puñado de aprovechar estos días para ir de veraneo. Hay que evitar la socialización, seguir en cuarentena.
Solo la acción compartida por todos los ciudadanos podrá evitar que caigamos en males mayores, y que el coronavirus se torne incontrolable. Hay que seguir buscando la unidad nacional, es el único camino de hacer frente a este fenómeno.
Esta debe ser una semana totalmente integrada a la solidaridad y a luchar todos juntos para sobrevivir. Lo único que importa es preservar la vida, en medio de esta pandemia.
Los cristianos se deben mantener en sus hogares. El mensaje eclesiástico o el sermón de los pastores le puede llegar por los medios masivos y modernos de comunicación. Para los fieles, lo ideal es estar en el templo, pero este momento es de recogimiento. (Para todos los ciudadanos el recogimiento es obligatorio)
Llegamos a la Semana Santa en medio de tres grandes crisis, que pueden hacer doblar las rodillas al país, pero hay que seguir luchando y buscando dar un paso adelante. Tenemos la terrible crisis de salud, con este virus que llega desde oriente afectando ya a decenas de dominicanos y sin controles a la vista; hay la crisis política que arrancó con las primeras elecciones municipales, y la cual todavía se mantiene con las elecciones nacionales.
Lo hemos pedido en varios artículos, el liderazgo político, los tres principales candidatos presidenciales, y sus aliados, tienen que llegar a acuerdos en torno a determinan si se postergan las elecciones. En ese caso, hay que señalar una fecha para la primera ronda y que de ser necesaria una segunda, se pueda efectuar antes del 16 de agosto.
De acuerdo con el panorama de hoy no hay condiciones para celebrar elecciones congresuales y presidenciales dentro de un mes. Por consiguiente, hay que trabajar en la nueva fecha y ver cuándo se puede comenzar a imprimir las boletas. La Junta Central Electoral tiene que ganar la credibilidad de la comunidad, y seguir con el desarrollo de este proceso.
Sin público, y a través de los medios de comunicación, espero escuchar ahora el Sermón de las Siete Palabras. Tradicionalmente ha planteado temas candentes en torno a la situación nacional. Con esta tres crisis en marcha, el liderazgo religioso no puede dar un paso atrás y esta es su semana.
Hay que hacer valer la máxima cristiana, de que en la lucha por la vida todos podemos ayudar, y que en la Palabra no hay diferencias de color de piel ni de chequera. El mensaje a aplicar en estos momentos son dos: «Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres», y la máxima muestra de solidaridad….Dónde dos hablen a mi nombre, allí estaré. ¡Ay!, se me acabó la tinta.
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