Por Rafael Santiago Medina
San Juan, 7 dic (INS).- No ha sido vendiendo aguacates en la calle que detractores a nuestros artículos de análisis u opinión dicen sarcásticamente que sacamos las cifras sobre lo que la economía de Puerto Rico ha producido en términos de rentabilidad durante más de un siglo desde que las tropas de Estados Unidos entraron al terruño borincano en 1898 tras la Guerra Hispanoamericana. La economía de Puerto Rico produce mucho más que aguacates.
Ciertamente, el sistema colonial en Puerto Rico es rentable para Estados Unidos. Tal vez no para su fisco, en un territorio no incorporado que no paga impuestos federales, pero sí para su comercio y economía en general.
La cuantía de las ventas al detal en Puerto Rico: en 2021: en 2020 fue de 19 mil 275 millones de dólares ($19,275,923,385) En 2021 ya vamos por 24 mil 411 millones de dólares ($24,411,712,652).
En tiendas por departamentos y otros artículos misceláneos, en 2020 las ventas ascendieron a poco más de $6 mil 705 millones. En 2021, esas ventas fueron de más de $8 mil 324 millones. En supermercados y tiendas de bebidas alcohólicas, se reportaron en 2020 más de $3 mil 18 millones y en 2021, lo reportado fue de $3 mil 128 millones.
En farmacias y droguerías, en 2020 se vendieron al detal más de $1.488 mil millones y en 2021, están ya en más de $1.525 mil millones. En vehículos nuevos y usados, las ventas en 2020 ascendieron a más de $2 mil 305 millones, En 2021, la cuantía de ventas va por más de $3.319 mil millones y medio. En gasolineras y tiendas de conveniencias, las ventas tuvieron un monto en 2020 de más de $1.32 mil millones y en 2021 van por más de $1.291 mil millones. Se produjeron ventas en restaurantes en 2020 ascendentes a más de $1.14 mil millones. Esas ventas en 2021 están ya en más $1.391 mil millones.
Estas cifras de miles de millones de dólares en únicamente ventas al detal en los últimos dos años son indicativas de lo lucrativa que es la colonia borincana para Estados Unidos. No en balde, hay tanta resistencia en Washington por cambiar el estatus político de Puerto Rico. La razón económica es obvia: es sumamente rentable a los intereses empresariales de Estados Unidos.
Según estimados hechos en estudios realizados por el prestigioso economista José Alameda, Estados Unidos ha extraído desde su invasión a Puerto Rico en 1898 del territorio puertorriqueño más de seis billones de dólares (trillions, en cifras anglosajonas). Mucho más de lo que ha transferido en fondos federales a Puerto Rico.
Esto no debe sorprender a nadie, puesto que la intervención de una potencia en otro país está siempre motivada por convenientes intereses económicos, y el caso de Estados Unidos en Puerto Rico no es la excepción a la regla.
Se estima en decenas de miles de millones de dólares durante cada uno de los últimos años las ganancias del capital industrial y comercial de las empresas estadounidenses establecidas en Puerto Rico.
De modo que las transferencias de fondos federales a Puerto Rico no es más que la aportación del sistema federal del gobierno estadounidense para darle estabilidad a un clima de inversión en territorio isleño.
Una característica de esa economía de consumo es que está fundamentada en la importación de los bienes y servicios y poco productiva por sí misma de la riqueza nacional, donde la actividad económica dominada por el sector financiero es tan especulativa como las de los juegos de azar de un casino.
La economía no está sustentada en la producción industrial y comercial propia de bienes y servicios. La actividad empresarial es esencialmente acaparada por intermediarios del empresarismo estadounidense.
Fundamentada la economía de Puerto Rico en la importación y no en la producción propia de bienes y servicios, es deducible que las leyes de cabotaje sean la razón de que los precios de los artículos de supermercados superen en territorio puertorriqueño a los de la gran mayoría de 294 localidades en Estados Unidos, aparte de los servicios esenciales de electricidad y teléfono, según estiman las estadísticas para el Índice de Costo de Vida de Puerto Rico correspondiente al tercer trimestre (julio a septiembre) de este año 2021.
Importando Puerto Rico más del 85% de los productos alimentarios que consume su población, se deduce que sus costos por encima de las 294 localidades estadounidenses guardan una relación directa, en gran medida, con la imposición colonial de las leyes de cabotaje en un mercado cautivo al estadounidense.
En el primer grupo, los artículos de supermercados, la diferencia con el promedio para estas áreas geográficas es de un 20.5%, lo que coloca a la zona metropolitana de San Juan, que es la que se utiliza para el cálculo, en la posición 14 entre las regiones más caras.
Una de las diferencias de costos más marcados entre Puerto Rico y las 294 localidades estadounidenses evaluadas puede atribuirse en gran parte a la comparación de los costos de las tarifas de electricidad, que bajo la privatización de LUMA Energy denota una tendencia al alza.
Es significativo que en términos generales el costo de vida en Puerto Rico esté levemente por debajo del promedio para Estados Unidos. Esto se debe, principalmente, a los costos más bajos que en Estados Unidos de la vivienda y los servicios médicos.
La comparación de Puerto Rico con las 294 localidades de Estados Unidos que nos coloca desfavorablemente en la escala de precios que paga el consumidor se relaciona con los precios de los artículos de supermercados, sobre lo cual inciden directamente las leyes de cabotaje, aparte de los otros problemas intrínsecos al alto costo de los servicios esenciales de electricidad y teléfono.INS
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