El régimen de Abinader-PRM -amén de su preeminente gabinete de multimillonarios- se identifica con populismo conservador racista, patriarcal y pro-imperialista, cada vez más represivo.
El mal es sistémico, en tanto la clase dominante-gobernante dominicana, es patriarcal, sumisa al coloniaje y está empapada de un racismo hispanófilo y de una total sumisión al poder imperial estadounidense. Abinader funge de preeminente vocero del racismo anti-haitiano en la región para favorecer intervencionismo gringo en Haití e intentar aprovechar la siembra de odio de casi dos siglos contra un pueblo negro al que el colonialismo blanco no le perdona la revolución anti-esclavista e independencia del 1804.
Para colmo el gobierno mezcla ese racismo con mentiras grotescas como la de 12 mil guardias en la frontera (¿dónde se alojan?, ¿quiénes le suministran la tres calientes?, en cuales lugares están las estructuras y servicios para soportar ese nivel de concentración de tropas), y con otras mayores como la de los 10 mil millones anuales supuestamente gastados en partos de mujeres haitianas.
En cuanto a esta última, Chanel Rosa Chupani le dio una bofetada al Ministro del Negocio de la Salud, demostrando que el costo de cada parto es de 5,000 pesos y no de 400 mil, como resultaría si el gasto total fuera realmente de 10 mil. Y todavía el imaginólogo colombiano De Vengoechea no encuentra cómo responder tan dura bofetada.
Sus legisladores favorecen “pelas” a niños/as, exclusión de las tres causales, impunidad de los partidos en materia de corruptelas diversas y narco-política, debilitamiento de medidas anticorrupción y permanencia del robo legalizado (barrilitos, exoneraciones y privilegios escandalosos).
El Presidente ordena apresamientos en hospitales y deportaciones criminales de mujeres haitianas embarazadas, favorece impedimento a estudiantes haitianos, acepta entrega al Comando Sur del Pentágono del puerto de Manzanillo, aprueba financiamiento parcial del Presupuesto con “adelantos” de la minera depredadora Barrick Gold, promueve la intervención de USAID en múltiples proyectos, tolera represión policial con armas de guerra (atención a lo acontecido durante el paro de Licey al Medio el pasado 12 de noviembre) y abraza el modelo policial neofascista de Colombia y Chile.
Antes de seguir hundiéndose en ese lodo “vinchista” debería leer las cartas de Duarte y de Bosch sobre Haití y recordarse de los sufrimientos de Peña Gómez con el despliegue de racismo anti-haitiano en su contra. Y cuando se arrodilla a rezar a lo Opus Dei y se abraza a la USAID y al Comando Sur, debería recordarse de Mahoma, de sus ancestros árabes y las masacres gringas.
narsoisa@gmail.com
(El autor es dirigente político residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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