Por Wenzel Musset Lorenzo
La policía y los delincuentes dominicanos, en vez de parecer enemigos naturales o antagonistas, cada vez se parecen más entre sí, todos los días vemos cómo la institución del “orden” se va convirtiendo en un grupo de idiotas con armas de fuego en las manos, que, al primer acontecimiento, su reacción es disparar sin mediar palabra.
Sería mejor que la República Dominicana se ahorrará los costos de las academias de policías, porque si se graduaron salvajes qué a la hora de disparar se les olvida el entrenamiento, mejor inviertan ese dinero en algo útil.
Los dominicanos estamos cansados de ver en las noticias cómo ciudadanos buenos, decentes, que no le han hecho daño a nadie, son asesinados como delincuentes, sin que en ellos haya mancha alguna.
Algunas veces por excusas tan baratas cómo “una pasola” cómo el caso de la pareja de esposos cristianos Joel y Eliza, otras veces por guiones mal inventados, cómo fue el caso de la joven arquitecta Leslie Rosado (qué en paz descanse), qué tiene el país en una indignación a nivel nacional y todavía no hay respuestas concretas, porque las declaraciones de la policía nacional no convencen.
El cambio en la policía va a venir cuando se saquen los inútiles actuales que la dirigen y se busquen técnicos en materia policial de verdad para reformarla, no el ayante de comisión de que se hizo, donde hay gente qué no sabe un carajo del tema, además de que en posiciones de liderazgo se pongan policías con récord intachable y se retire a la institución a todo oficial con un récord delincuencial, no sólo trasladarlo a otra provincia.
Y mientras los policías se dedican a matar con salvajismo a buenos ciudadanos (porque a los delincuentes nunca les pasan estos “confusos accidentes” y bien que nos caería menos parásitos en las calles) la asociación de malhechores anda atracando en grupo de 5 y 6 motores, quitando gomas en la zona colonial y metiéndose a negocios a mano armada a cualquier hora del día cómo que es de ellos.
Los dominicanos no tenemos respiro, estamos entre la espada y la pared con delincuentes y policías que cada vez se parecen más, muchos no dicen que República Dominicana no es una jungla, pero tenemos monos “con uniformes azules “velando por la seguridad del país” y delincuentes que andan cómo chivo sin ley (y que me disculpen los monos y los chivos por esa comparación).
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