He aquí que el país se ha llenado de noticias. Pero nada como la Operación Falcón ha ocupado la atención de los dominicanos en las últimas semanas. Esta acción ha dejado en evidencia las facilidades con las que operaba, desde 2012, una poderosa red criminal que movió miles de millones de pesos ante los ojos de los gobiernos del PLD.
En medio de la gran ola noticiosa que da cuenta de prisiones, retención de bienes producto del narcotráfico y lavado de activo, de persecución de unos cabecillas prófugos, la inocencia de algunos diputados y el nerviosismo de otros, el Ministerio de Educación ofrece la información más grata y edificante.
Me refiero al programa denominado “Dominicana lee”, mediante el cual se emprenderá la necesaria cruzada para promover la lectura en la población dominicana, sobre todo en niños y jóvenes. Esta iniciativa parte del conocimiento de que la lectura hace cambiar a las personas, lo cual es vital para el cambio en la sociedad.
El proyecto fue anunciado el pasado miércoles en el auditorio de la Biblioteca Nacional. El ministro, Roberto Fulcar, se ha propuesto que República Dominicana “sea una cantera de lectores y lectoras”. Nadie ignora que la lectura es un complemento de la enseñanza en el aula. Leer obras literarias, revistas o periódicos refuerza el aprendizaje.
Conviene al estudiante el contacto con publicaciones que lo divierten a la vez que le permiten ampliar su visión del mundo y de la sociedad. Por supuesto que la principal ganancia se nota en el desarrollo de la facultad comunicativa, pues la lectura incrementa el vocabulario y afina la capacidad de comprensión.
A partir del año escolar que inicia el próximo lunes 20, el Ministerio de Educación distribuirá en las escuelas estatales cientos de libros, clásicos de la literatura universal, incluso miles de ejemplares de la Biblia. Como se persigue que la lectura sea amplia y libre, no podían faltar libros de autores dominicanos.
Fulcar aseguró: “Vamos a enseñar a la familia dominicana, a los estudiantes, maestros y maestras, a los profesionales y políticos que podemos convivir con diferencias, sin agredirnos, que debemos siempre tener espacios para posibilitar la idea de que alguien pueda hacer cambiar de opinión”.
También hablaron los escritores Andrés L. Mateo, embajador ante la UNESCO, y Luis R. Santos, director de Cultura del MNERD. Ponderaron la pertinencia de “Dominicana lee”. Este programa llega cuando más se le está esperando. Es que la buena educación forma mejores ciudadanos. La calidad de la lectura propicia mejor educación.
rafaelperaltar@gmail.com
(El autor es periodista y escritor residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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