Por Alejandra Arredondo
Washington (VOA).– Con un desplome masivo en las bolsas de valores en Estados Unidos, la palabra recesión empieza a estar en boca de analistas y compañías financieras.
Los efectos de la pandemia del coronavirus y la caída en los precios del petróleo ya se están sintiendo. La Bolsa de Valores experimentó un desplome de más del 20 % en las últimas semanas.
La firma de capital abierto S&P Global Rating pronosticó esta semana que habrá una “recesión global” este año, con solo un crecimiento de entre el 1 y el 1.5% del Producto Interno Bruto (PIB) anual.
“Los mercados financieros han entrado en caída libre y la volatilidad ha escalado a niveles vistos por última vez durante la crisis financiera global”, escribieron los economistas de la firma en un informe.
Según S&P, los datos iniciales provenientes de China, donde originó el virus que se ha propagado por más de 120 países, muestran que la economía fue afectada más fuerte de lo proyectado. “Europa y EE.UU. están siguiendo un camino similar”, adelantó el reporte.
El banco estadounidenses Bank of America se sumó también a la predicción de S&P, declarando “oficialmente” una recesión, según informó CNBC: “empleos serán perdidos, la riqueza será destruida y la confianza deprimida”, dijo el economista para EE.UU. del banco en un comunicado.
“El coronavirus está afectando las cadenas de producción”, explicó a la Voz de América Andrés Zambrano, profesor asociado en la Universidad de los Andes, en Bogotá.
“Cuando tu ves que esa cadena agregada se está congelando en los distintos en los distintos países del mundo que producía, sin duda va llevar a un gran recesión”, agregó.
Para otros, como Bill Adams, economista internacional del holding bancario PNC Financial Services, la posibilidad de una recesión no es tan inminente.
“Definitivamente vamos a ver una contracción en la economía, pero si termina en un corto plazo, puede que no alcance la definición de una recesión”, dijo Adams a la VOA. Para el analista una recesión debe durar más de un par de meses y tener efectos en toda la economía.
“No tenemos suficiente información aún para saber si esta dislocación va a continuar suficiente tiempo”, consideró Adams.
¿Cómo va afectar a Latinoamérica?
En Latinoamérica, las divisas pierden valor frente al dólar, alcanzando mínimos históricos. Lo mismo pasa con las bolsas en la región; la bolsa argentina acumula una caída del 47% en lo que va del año, el índice COLCLAP de la bolsa en Colombia se desplomó un 10,6% esta semana y en Brasil, el índice Bovespa alcanzó su menor nivel desde el 2017.
A pesar de que solo se han reportado 2.000 casos de coronavirus en Latinoamérica, es inevitable que las consecuencias de la dificultad económica que viven Europa o EE.UU., donde hay más casos, afecten la región.
“Cuando los países desarrollados entran en una crisis que luego causa problemas en sus sistemas financieros, eso se derrama y afecta el sistema financiero y la demanda por productos exportados de los países en desarrollo”, explicó Adams.
El precio de productos que la región exporta como el crudo, el hierro, el cobre o alimentos (maíz, soja) va a disminuir, impactando de manera negativa la economía interna de los países que dependen de la exportación.
En su reporte, S&P menciona a México y Colombia como economías emergentes en la región que están en riesgo de sufrir con más fuerza los efectos de una recesión, al ser países exportadores de petróleo. En el caso de México se suma, además, el tener un déficit de flujo de cartera.
Las medidas de distanciamiento social, promovidas por los gobiernos para evitar la propagación del COVID-19, también repercutirám de manera distinta en Latinoamérica, donde gran parte de la población depende del empleo informal. En Colombia, por ejemplo, éste alcanza casi el 50%.
“Se está pidiendo aislamiento pero hay muchas personas que no pueden aislarse simplemente porque su trabajo y su consumo de subsistencia depende de salir a las calles”, explicó Zambrano.
¿Qué medidas pueden tomar los gobiernos?
El gobierno de EE. UU., esta semana, aprobó un paquete de ayuda de emergencia para hacer frente al coronavirus de 100.000 millones de dólares y la Reserva Federal ha reducido las tasas de interés casi a cero.
Además de las medidas financieras, es importante ayudar a los negocios y los hogares, dando préstamos con bajo interés a las compañías y apoyos con ingresos a los hogares, señalo Adams.
“Si los negocios no ganan ingresos por meses podemos ver una ola de potenciales bancarrotas en EE.UU.”, aseguró el economista.
Sin embargo, acotó Adams, inyectar dinero en la economía es algo más fácil de hacer en países desarrollados, “donde los gobiernos toman prestado dinero con intereses extremadamente bajos”.
“Hay que buscar soluciones no convencionales”, sentenció
Zambrano, coincide en señalar que la solución pasa por buscar “soluciones no convencionales” para dar un estímulo a la economía como, por ejemplo, que los bancos centrales inyecten dinero en los hogares más necesitados o disminuir los intereses a las empresas que tengan deudas con bancos.
“La inflación es el menor de los problemas en este momento”, dijo el economista.
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