A veces quiero sacar un poco de tiempo para aplaudir acciones del gobierno pero sus funcionarios no me crean el espacio ni me brindan el momento.
Es una gran verdad que el coronavirus está cargando con vidas humanas y muchos estamos asustados y en cuarentena en la toma de las providencias de rigor, pero de repente cuando veo a políticos que en las pasadas elecciones municipales fueron vilmente derrotados hablando del tema de inmediato me retoza la suspicacia y se apodera de mí el escepticismo, porque no les creo nada.
Sobre ellos tengo mis aprehensiones porque no los tengo como mis orientadores favoritos por el hecho de verlos ocho horas antes del certamen del pasado 15 de marzo tomando medidas al vapor, las que en vez de orientar con eficacia sobre el auge de la pandemia las mismas estaban encaminadas a reducir la participación de la gente en los recintos de votación.
Esas mismas medidas son las que ahora, sin consenso y forzosamente la están aplicando. Pero la cosa no se queda ahí, porque mientras los gobiernos de los países afectados y amenazados por la enfermedad mantienen una campaña de prevención basada en «Yo me quedo en casa», el gobierno del Partido de la Liberación Dominicana destina mucho dinero en la paga de publicidad en los medios impresos promoviendo obras que ha realizado, recursos estos que bien podrían ser usados en la compra de medicamentos y accesorios para médicos y el personal de los hospitales y para los que están haciendo la labor de prevención, pero no, el gobierno no está en eso, sino en cacarear lo que hace con el fin de posicionar a su candidato presidencial, de ahí que veamos en calles céntricas de la ciudad de Santo Domingo a grupos de muchachas jóvenes repartiendo propaganda alusiva al partido de gobierno y a su candidato.
Para nosotros eso no es aun tan grave, porque bien sabemos que de una forma u otra los peledeístas deben sacudirse de la derrota que le propinó la oposición en las pasadas elecciones municipales, pero lo que no debemos soslayar es que en verdad la pandemia está presente y latente en una gran parte de nuestro mundo y esto es a lo que hay que temer, por ello todas y todos debemos tomar las precauciones de lugar.
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