Por el Dr. Rudolph Prudent *
La búsqueda de una solución haitiana a nuestra crisis es una iniciativa política viable y testimonia una preocupación existencial fundamental en los tiempos de hoy. Debe soportarse sin defectos y sin rodeos.
Sin embargo, no es lo que está tratando de ofrecer la única opción de un nuevo presidente. Tomada sola, la elección solo terminará legitimando la opción de solución de la internacional estadounidense y sus aliados. Por tanto, ¿cómo podríamos caracterizar una solución haitiana así cuando se da la elección de Estados Unidos como el dominante inevitable?
El contexto geopolítico regional indica que los haitianos ya no debemos estar en el momento de una aceptación total de esta injerencia mortal, sino en los de la reafirmación de nuestra voluntad de vivir libres de toda forma de dominación. Para actuar objetivamente en este contexto, sin perjuicio de otras formas a desarrollar, la negociación adquiere su sentido más exitoso. Debemos ser capaces en este ámbito de consolidar las importantes oportunidades que ofrecen las múltiples fisuras de la dominación oligárquica mafiosa internacional regional y local que crece cada vez más.
El deber de justicia del presidente Moise debe entenderse y librarse como una lucha ética contra la inmoralidad en la que nos han enterrado el estado estadounidense y sus lacayos locales. Debemos poder exigirlo y ya no ser simplemente invitados a participar a veces. Negociaciones firmes para la recuperación de nuestros atributos de soberanía, como el control de nuestras fronteras, nuestras costumbres, la formulación clara de nuestros regímenes políticos y económicos, la realización de elecciones en un contexto sociopolítico pacífico y una diplomacia guiada por nuestros intereses, entre otros, forman parte de esta lucha actual.
Nuestra solución haitiana a la crisis debe ser capaz de movilizar a la gran mayoría de nuestros ciudadanos tanto dentro como sobre todo fuera del país, en un proyecto de liberación que debe ser defendido por todos los medios no violentos a su alcance.
El marco rector para la búsqueda de nuestra solución haitiana debe extenderse a todos los actores preocupados por el tema de la liberación, excepto a los que padecen un déficit ético y llevan las cicatrices de la corrupción generalizada, dispuestos a emprender el camino de la reconstrucción de un Sociedad haitiana de sencillez y solidaridad sobre la base de nuestros valores y nuestras tradiciones como pueblo libre. Todos los que se oponen o tratan de socavar este enfoque deben ser excluidos y combatidos. Con o sin presidente, la transición de ruptura tendrá que empezar a concretarse en nuestras acciones actuales y en nuestra dedicación a defender en todos los lugares esta nueva situación de la causa haitiana.
Para ello, buscar una salida haitiana a la crisis requiere ante todo manifestarse como un interlocutor imprescindible capaz de comprometer a las múltiples fuerzas sociales que la componen en esta nueva forma y modo de existencia.
* Médico, especialista en salud pública
Enviado a AlterPresse
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