El Gobierno que preside Luis Abinader considera necesidad imperiosa que la “comunidad internacional” asuma el tema haitiano como “altísima prioridad” y solicitó enfáticamente que se le brinde “urgente ayuda humanitaria” y “refuerce la Misión de la ONU”.
En el idioma gringo “comunidad internacional” equivale a PENTAGONO, CIA, USAID, OTAN, TIAR, OEA…y ayuda “humanitaria” a invasión militar; mientras que “reforzar la Misión de la ONU” se traduce en ponerles cascos azules a soldados yanquis y tropas acompañantes.
Recordado esto, se entiende mejor qué está proponiendo este gobierno, que de dominicano tiene poco; como el de Jovenel Moise no tiene un pelo de pueblo haitiano y su heroica trayectoria. Ambos regímenes optaron por aceptar el coloniaje y la sumisión.
Abinader se confiesa conmovido por la muerte de un colega comprobadamente mafioso y genocida, impuesto y sostenido hasta hace unos días por la pandilla Martely y el poder imperialista occidental, con el concurso de Trump, Biden y los gobernantes de Francia, Canadá y Brasil; y, para colmo, haciendo a la vez coro con el funesto Almagro-OEA, ha proclamado sin rubor que la eliminación de J. Moise es “un atentado contra la democracia y la paz en la región”.
Cotorras, repitiendo eso mismo, clamando por la intervención y estigmatizando a Haití como “sociedad inviable” necesitada de tropas extranjeras… abundan en este Estado, estos partidos, medios, iglesias y cúpula empresarial; mientras una indignante y ominosa histeria racista, colonialista y pro “súper potencias blancas”, hace gala de valor seudo-patriótico, alardea y se prepara para una guerra ficticia.
La combinación de odio racista y entreguismo perverso nubla los pone brutos para percibir lo evidente y admitir que la intervención político-militar que solicitan ya se ha dado reiteradas veces y las cosas solo cambia para peor.
El meollo consiste en que para los inquilinos de la Casa Blanca y dependencias, Haití y esta isla solo valen –y mucho- como fuente de “tierra raras”, litio, titanio y oro…y como eventual base de agresión contra Venezuela, Cuba y países soberanos cercanos. Nuestra humanidad es un estorbo y el caos, hasta ciertos niveles, les conviene y lo usan como pretexto para “pacificar” y controlar territorio.
Todo indica que frente a un presidente insostenible, convertido en escoria, metido entre las patas de las narco-mafias y acosado por un pueblo que exigía su dimisión y una salida sin coyunda imperialista, se usaron mercenarios para ejecutarlo (con formato de ajuste de cuenta) y luego se procedió a destrozar a los bandidos, quedando el capo imperial aparentemente al margen y presto a intervenir. ¡Triple play criminal!.
narsoisaconde@gmail.com
(El autor es dirigente político residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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