A rajatabla
El escenario haitiano descrito por el canciller Roberto Álvarez, de “un crecimiento impresionante en tamaño y poder de pandillas armadas con autonomía política como nunca antes se había visto”, no tiene referente en América Latina, pero si en África, donde ejércitos irregulares y grupos de sicarios han causado el desplazamiento de 18 millones de refugiados.
Las instituciones jurídico política de Haití están inhabilitadas o funcionan precariamente, con el agravante del magnicidio del presidente Jovenel Moïse ha provocado una letal combinación de abismo institucional e intensa lucha por el Poder.
Esa pugna se refleja al interior de grupos monopólicos y oligopólicos que dominan toda la estructura de producción y comercialización, basado en prácticas desleales empresariales y de comercio, como contrabando, evasión fiscal, especulación y lavado de dinero.
Esa pirámide de inestabilidad, anarquía, violencia e inseguridad se sustenta en bandas armadas que, como ha dicho el canciller experimentan un impresionante crecimiento y amplían control territorial sobre la capital Puerto Príncipe, donde son ley, batuta y Constitución.
En ningún otro país del continente, ni aun en México y Colombia, se producen oleajes de desplazamientos humanos a causa de la violencia promovida por bandas armadas y grupos de sicarios, aunque es preciso señalar que ese cuadro de caos o anarquía es característicos en muchas naciones africanas como Somalia y Burundi.
El comando de por lo menos 26 sicarios contratados para asesinar al presidente Moïse, aunque de mayoría colombiana, actuaron con niveles de brutalidad criminal propio de los ejércitos irregulares que desangran a pueblos africanos, señal de que sus mandantes también acuñan esa conducta atroz.
En México, bandas armadas, solventadas por el narcotráfico, desfilan en público como inequívoca señal de poder control territorial, y en Colombia, guerrillas disidentes y grupos irregulares financiados por carteles de la drogas, también desafían al Estado, pero sin mayores riesgos de provocar enormes desplazamientos humanos.
Los más de 18 millones de personas desplazados en África por violencia intestina, con elevado protagonismo de ejércitos dirigidos por sicarios reclutados por mafias empresariales que usufructúan las riquezas de esos pueblos, como oro, petróleo, diamante, productos agrícolas y pecuarios, intentan refugiarse en países vecinos o cruzar el mar hacia Europa.
En Haití están dadas las condiciones, con distancia guardada, similar a la de África, con amplio control territorial de bandas armadas dirigidas a control remoto desde La Florida y Colombia, con el temor la ruta de desplazamiento ante un estallido mayor de la anarquía y el cao seria hacia la frontera terrestre.
Basado en lo que dijo el canciller sobre el crecimiento impresionante en tamaño y poder de las bandas armadas que medran en Haití, no se exagera si se afirma que la erupción del volcán haitiano provocaría el desplazamiento de centenares de miles de personas hacia el otro lado de la barandilla fronteriza. Ojalá que no.
orion_mejia@hotmail.com
(El autor es abogado y periodista residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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