Santo Domingo (República Dominicana).- La Acción Empresarial por la Educación (EDUCA) planteó que a 7 años de la firma del Pacto Educativo no mejoran los aprendizajes.
A juicio de Samuel Conde, presidente de la entidad, todas las mediciones disponibles, sean nacionales o internacionales, demuestran que durante el tiempo de vigencia del Pacto no se han procesado mejoras significativas.
Por ello abogó por la reafirmación y relanzamiento de los compromisos asumidos en el acuerdo, basado en la necesidad de que la educación “rinda los resultados de las inversiones que tanto sacrificio le cuesta a la sociedad”.
Resaltó que las pruebas diagnósticas del Ministerio de Educación (MINERD) para todos los estudiantes de los terceros grados de la educación primaria pública y privada se demostró que solamente el 12.2 % es capaz de leer con fluidez y comprender lo que lee.
Dijo que esas mismas pruebas que aplicadas ahora al conjunto de los estudiantes de los sextos grados de la educación que asisten a centros públicos o privados, arrojaron que tan solo el 4.1 % alcanza niveles satisfactorios en matemática.
Expresó que la Nota de Trabajo número 62, elaborada por el equipo técnico de EDUCA, muestra que en el tiempo transcurrido tras la firma del convenio, en términos estructurales ha sido de vacas gordas para la educación dominicana, partiendo del cumplimiento de la Ley y la asignación del 4 % del PIB desde 2013, con la construcción de más de 42,500 aulas, incremento del salario docente y expansión en las coberturas de los niveles inicial, primaria y secundaria, así como en lo que refiere a la revalorización de la educación técnica y tecnológica.
Sin embargo, plantea que lo relativo a los aprendizajes, estos mismos años se asemejan más a los siete de vacas flacas.
Plantea que a esa situación se debe sumar los efectos aún no cuantificados de las consecuencias de la pandemia provocada por la COVID-19, que no solo agudizarán los niveles de aprendizaje, sino que también profundizarán las desigualdades sociales en la distribución de los mismos.
Advirtió que, si no se mejora la calidad de los aprendizajes y se mantiene la condescendencia sin “denunciar con valentía los constantes incumplimientos a los compromisos contraídos, es altamente probable que, como ocurre en la parábola bíblica, las vacas flacas terminen por devorar a las gordas y saludables”.
“Las pruebas PISA, que para 2018 ya debieron recoger efectos de la inversión extraordinaria y del enfoque de la educación dominicana según los preceptos del Pacto, no sólo no mejoró respecto a 2015, sino que incluso presentó algunas reducciones significativas en lengua y matemática, dejando al país una vez más en la retaguardia global de las naciones que se miden en esta prueba (OECD, 2015, 2018)”, resaltar.
Recordó que el Pacto Nacional para la Reforma Educativa surgió como mandato de la Ley de Estrategia Nacional de Desarrollo, que si bien tuvo como principal propósito renovar el contrato social de la sociedad dominicana en torno a la educación, “se estructuró con la finalidad de encontrar soluciones consensuadas (…), para superar los nudos y obstáculos que, a la fecha, han sido la causa principal de que los instrumentos legales, planes e iniciativas no hayan logrado plenamente sus objetivos”.
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