Roma (FAO-PRESS).- La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) aumentará un 50 % el envío de transferencias financieras y cupones digitales a beneficiarios.
En un nuevo paso hacia la creación de una «FAO digital», en el marco de su adhesión a la Alianza Better Than Cash, la FAO se compromete con ampliar su uso de pagos digitales en al menos 10 más de sus oficinas descentralizadas.
El Director General, QU Dongyu, estableció estos ambiciosos objetivos, al sumarse oficialmente a la Alianza Better Than Cash.
La Alianza es una asociación de gobiernos, empresas y organizaciones internacionales, albergada por las Naciones Unidas, que acelera la transición del pago en efectivo al digital de un modo concebido para generar ahorros y aumentar la transparencia y la eficiencia, al tiempo que también se reduce la pobreza y se impulsa el crecimiento inclusivo, expresa un comunicado de la FAO.
«Debemos asegurarnos de que se empodera a los agricultores y la población rural para que participen en el mundo digital y se beneficien de él», señaló el director general.
Expresa que la alianza es una señal del compromiso de no dejar a nadie atrás.
El dinero en efectivo en forma digitalizada abrirá numerosas puertas a las personas que trabajan en actividades agroalimentarias en pequeña escala y ofrecerá grandes beneficios. Se trata de una vía directa hacia la resiliencia», dijo.
Ruth Goodwin-Groen, Directora Gerente de la Alianza Better Than Cash, consideró un hito para el sector de la agricultura en las economías emergentes el anuncio hecho por la FAO.
“El liderazgo visionario de la FAO significa que millones de pequeños agricultores conseguirán ahora la ayuda que necesitan de una forma más rápida, segura y transparente. También supone que estos agricultores, muchos de ellos mujeres, tendrán acceso a una mayor variedad de servicios conexos para mejorar sus medios de vida», declaró.
Expresó complacencia con que la FAO se una a otros organismos miembros de las Naciones Unidas, como la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), en el importante compromiso que han asumido respecto de la digitalización responsable de transferencias financieras dirigidas a los más necesitados.
“Este hecho es ahora aún más importante, dado que la pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19) está aumentando la pobreza y la desigualdad», dijo.
Acciones de la FAO
La FAO da pasos importantes para adoptar y ofrecer soluciones digitales, pues están destinadas a influir en todos los agentes de los sistemas agroalimentarios mundiales y se pueden diseñar para brindar oportunidades de hacer frente a los desafíos de la pobreza, el hambre la desigualdad y el cambio climático.
La FAO ya utiliza las transferencias de dinero a través de telefonía móvil. Un ejemplo de ello se encuentra en Somalia, donde con la plataforma para la asistencia de dinero móvil y medios de vida se envía dinero en efectivo directamente a los teléfonos móviles de los beneficiarios, permitiendo así que las familias agrícolas adquieran los bienes y servicios que más necesitan en sus mercados locales. Los receptores se registran mediante el uso de datos biométricos, que derivan en un sistema de reconocimiento de voz, convirtiéndolo en un medio de transmisión más seguro, barato y específico que la entrega y distribución físicas.
La adhesión a la Alianza Better Than Cash supone un cambio fundamental en la intensificación de estos esfuerzos en todos los niveles, así como en la participación en un intercambio sobre mejores prácticas en un sector que se mueve con rapidez.
La nueva asociación resulta sumamente prometedora, ya que la FAO ha llegado ya a más de 19 millones de personas en 58 países a través de programas de transferencia de efectivo y distribución de cupones. Solo en 2019, la FAO transfirió casi 50 millones de dólares de los EE.UU., algo menos de la mitad en forma digital, a 2,8 millones de beneficiarios en 29 países.
Dado que, en las actividades de la FAO sobre el terreno, dirigidas a fortalecer la resiliencia de los medios de vida rurales ante las perturbaciones mediante el apoyo a inversiones productivas en la agricultura, suelen participar personas vulnerables que viven en zonas rurales dispersas y lejanas con un acceso a infraestructuras limitado, sus experiencias y necesidades en materia de digitalización complementarán las de otros miembros de la Alianza.
En el terreno
Ampliar las transferencias financieras digitalizadas permite el contacto directo con los beneficiarios, muchos de los cuales carecen de cuenta bancaria, y evita la necesidad de distribuir físicamente dinero en efectivo, lo que conlleva el traslado de billetes a zonas de difícil acceso, especialmente en medio de conflictos o tras desastres naturales, y la participación de agentes para que actúen como distribuidores.
En la actualidad, las opciones de pago digital siguen aumentando e impulsan nuestra capacidad de llegar a las personas que no tienen acceso a servicios bancarios, al tiempo que mitigan los riesgos financieros. La creación de redes digitales más amplias permite una mayor participación, intensificando así el ritmo de adopción y transformación de las economías locales.
«El dinero en efectivo inyecta valor en las economías locales y el efectivo digital puede producir un efecto aún mayor gracias a la inclusión financiera, favoreciendo un mayor acceso de los beneficiarios a créditos, préstamos y otros instrumentos financieros que habitualmente han sido limitados en las economías rurales y, en consecuencia, han frenado la inversión», declaró Étienne Juvanon du Vachat, de la Oficina de Emergencias y Resiliencia que se especializa en el diseño de transferencias de efectivo y cupones.
Añadió que una billetera móvil abre la puerta a más servicios.
“Si se compara con los sistemas tradicionales de financiación rural que dependen de la confianza y la autoridad, el dinero electrónico puede impulsar programas dirigidos a promover oportunidades para las mujeres y los jóvenes. Al mismo tiempo, puede adaptarse perfectamente a la variedad de instituciones comunitarias existentes de ahorro y préstamo, como tontines o hawala», amplió.
El proyecto modelo de la FAO en Somalia resultó ser muy útil cuando la emergencia de la COVID-19 interrumpió la movilidad. Desde marzo de 2020, la FAO ha transferido el equivalente de 38,1 millones de dólares de los EE.UU. a más de 187 000 hogares, proporcionándoles los medios necesarios para adquirir alimentos e insumos agrícolas para apoyar la seguridad alimentaria y el suministro locales.
En Mozambique, en 2020, la FAO desplegó una versión adaptada del ecosistema desarrollado inicialmente en Somalia para trasladar un sistema de cupones existente a una base 100 % digital.
Los beneficiarios, en particular agricultoras, utilizaron los cupones para acceder a semillas y fertilizantes. La digitalización incentiva a los proveedores para que se adapten a la tecnología, ayudando así a consolidar la alfabetización digital en todo el sistema y proteger la información de identificación personal de los beneficiarios, lo que a su vez puede mejorar los factores de producción y las oportunidades de comercialización para comunidades más amplias.
El proceso puede llevar tiempo, pero la adopción es rápida y las medidas de contención por la pandemia parecen haber acelerado el reconocimiento de las ventajas de la digitalización.
«El mayor reto en esta iniciativa es cubrir el último kilómetro que une a la FAO con los más vulnerables. No existe un único medio de pago digital ampliamente aceptado. No obstante, nos encontramos en la antesala de un cambio significativo. La complejidad se reducirá y, cuando esto ocurra, la repercusión aumentará», señaló William Marvin, director general adjunto de la División de Finanzas de la FAO.
Dijo que en la medida en que los Miembros busquen medidas como la digitalización de sus sistemas de protección social, las sinergias para la FAO aumentarán.
«A veces los pagos digitales funcionan mejor en el mundo en desarrollo, pues se saltan toda una generación. Existen grandes posibilidades de aprovechar las asociaciones entre los sectores público y privado», afirmó.
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