El desaparecido líder Hatuey De Camps, político de fina visión, dijo alguna vez que el doctor Leonel Fernández es el político más dichoso de la historia dominicana. Esto resulta una verdad demostrada. Semeja la de un hombre que ganó el premio de la lotería, y aun más, encontró el billete en la calle, tirado por el suelo.
La carrera de Fernández se ha caracterizado por la guía de una buena estrella, hasta hace poco todo fue una gira por la dicha. De político desconocido se convirtió en 1996 en presidente de la República, siendo el Partido de la Liberación Dominicana la tercera fuerza y él un dirigente de poco arraigo.
Concurrieron entonces tres factores decisivos para marcar el rumbo de la historia. Primero, la imposibilidad del presidente Joaquín Balaguer de optar por un nuevo período, en segundo lugar la decadencia psíquica del maestro Juan Bosch, líder fundador del PLD, y el tercer factor la componenda de sectores atrasados contra el doctor Peña Gómez.
En el año 2004, tras el gobierno de Hipólito Mejía, regresó a la presidencia, ayudado por la crisis financiera que azotó a la sociedad dominicana y disminuyó los méritos del presidente Mejía. Fernández siguió de suerte, esta vez no encontró el billete en un contén, sino que un pregonero se lo llevó a casa y lo compró.
La suerte de LF comenzó a mermar cuando en su partido se enraizó la percepción de que eran los peledeístas los dueños del Estado y sus propiedades. Y empeoró cuando se agrietaron las relaciones con su antiguo socio Danilo Medina, la persona menos indicada para tenerla de enemigo. Es rencoroso y calculador.
Como consecuencia, LF tuvo que irse de su partido morado, grande y rico de dinero, aunque insuficiente de rubor. Y adquirió el suyo propio, verde, una vez vestido de izquierda, de menuda membrecía, pero que ha comenzado a surtirse a costa del maltrecho y desacreditado PLD. Hacer de un colmado un supermercado conlleva tiempo y tesón.
En el proceso electoral del 5 julio, Fuerza del Pueblo sobrepasó el medio millón de votantes, para un 4.5 por ciento de votos válidos. Hasta el momento, Fernández lo encontró todo hecho para transitar cómodamente en su trayecto político. La del año pasado es su primera derrota como candidato.
Superar al PLD, que obtuvo 32.3 por ciento en las pasadas elecciones, es una gran tarea para Fernández, cuya organización, sin dudas, romperá la barrera del 4.5 por ciento. La sumatoria de resultados entre ambos es 36.8 por ciento, cuya mitad es 18.4 por ciento. Sobrepasar esta última cifra será para Fernández una victoria. Un reto.
rafaelperaltar@gmail.com
(El autor es periodista y escritor residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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