Redacción (teleSURtv).- La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo este jueves que analizarán con tiempo si las restricciones y medidas coercitivas unilaterales impuestas por la administración de Donald Trump (2017-2021) sobre Cuba deben ser eliminadas y si volverán a un marco de relaciones similar al que se creó en el último mandato el presidente demócrata Barack Obama (2009-2017).
Ante una pregunta directa, Psaki respondió: «Nuestra política hacia Cuba está basada por dos principios: primero, apoyo a la democracia y los derechos humanos, en el centro de nuestros esfuerzos; y segundo, el hecho de que los estadounidenses, en especial los cubanoamericanos, son los mejores embajadores de la libertad en Cuba».
Con esas palabras, Psaki dejó claro la intención de la Casa Blanca de Biden de continuar una relación de injerencia con Cuba a partir de sus consideraciones sobre lo que es la libertad, la democracia y los derechos humanos, en las cuales, como reconocieron en su día los entonces presidentes Raúl Castro y Barack Obama, La Habana y Washington tienen concepciones muy diferentes.
No obstante, Psaki dejó clara la posibilidad de un cambio en la manera agresiva de gestionar las relaciones con Cuba, esgrimida por Trump, al expresar que: «en línea con eso, revisaremos la política con respecto a Cuba de la administración Trump del mismo modo que estamos haciendo en un número de áreas relacionadas con la Seguridad Nacional», y con ello vuelven a situar a Cuba en el ámbito de un asunto de seguridad.
La portavoz presidencial evitó precisar cuáles serían los límites de la revisión en marcha y si ello significaría regresar a la política impuesta por Obama, la cual llegó hasta el establecimiento de embajadas en ambas capitales.
No obstante, los avances de esa época, considerados insuficientes por la parte cubana, dada las facultades del presidente estadounidense; la administración de Donald Trump reforzó las medidas de bloqueo económico con Cuba y devolvió poco antes del fin de su mandato a La Habana a una la lista unilateral y sin mandato internacional de estados patrocinadores del terrorismo, de donde salió cinco años antes con el visto bueno de Obama.
Desde el inicio de su mandato, en enero de 2017, Donald Trump comenzó a implementar contra Cuba medidas sin precedentes, las cuales sobresalieron por su sistematicidad y superaron la cifra de 240, con un notable incremento en el último tramo de su periodo presidencial, el cual coincidió con la pandemia de la COVID-19.
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