Washington D.C. (VOA).- Joe Biden puso rumbo este martes hacia la capital del país, Washington D.C., donde el miércoles, antes de instalarse en la Casa Blanca para los próximos cuatro años, será juramentado como presidente de Estados Unidos.
«Esta despedida es un tanto emocional para mí», reconoció de entrada un Biden con los ojos visiblemente vidriosos al despedirse de la localidad de Wilmington, Delaware, donde ha vivido durante años. «Siempre seré un orgulloso hijo del estado de Delaware».
La relación del demócrata con su ciudad de residencia es tal que el veterano político siguió viviendo allí mientras era senador -lo que se traducía en un trayecto diario de una hora en tren para ir y otra para volver- y la ciudad ha nombrado una plaza en honor a uno de los hijos del futuro mandatario, Beau, un veterano de guerra que falleció en 2015 debido a un cáncer.
Solo lamento una cosa, que él no esté aquí, porque deberíamos estar presentándole a él como presidente», dijo.
Sin embargo, Biden defendió la necesidad de emprender un viaje que, sin duda, supondrá el colofón de su extensa carrera, aunque su ceremonia de investidura se vaya a ver deslucida por las restricciones impuestas por la pandemia y por las extremas medidas de seguridad.
«No me digan que las cosas no pueden cambiar, porque sí que pueden… y lo hacen», se comprometió Biden antes de embarcar.
Antes de jurar el cargo el miércoles, Biden y la vicepresidenta electa, Kamala Harris, presidirán esta noche en Washington una ceremonia en recuerdo de las cerca de 400.000 vidas que se ha cobrado la COVID-19 en el país.
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