A Pleno Sol
En el lenguaje poético y coloquial todo termina con el viejo año, pero en la vida práctica se arrastra la continuidad de los males y los éxitos. Todas las vicisitudes del pasado 2020, están vivas y siguen avanzando en este 21.
Las profundas crisis que desgarran a la sociedad dominicana no dan pausa, y se torna cuasi imposible de frenar, en medio de una pandemia incontenible y con una masa sin rostro que cae en el más profundo desempleo.
Es una crisis sin ejemplo en la sociedad dominicana, que no puede ser detenida en forma mágica al comenzar el 2021. Lo que se puede hacer es pasar revista de lo que se hizo mal, o se dejó a medias, para tratar de enmendarlo ahora.
Hay que buscar la convivencia entre economía y pandemia. Si se cierran las puertas a la producción económica, el país se derrumbará. Ahora mismo los miles de cesantes son una carga para el Estado, para los empresarios y para los familiares más pudientes.
Pero tampoco se puede caer en el extremo de los empresarios que buscan relanzar la economía, sin tomar en cuenta que es necesario mantener la exclusión y el toque de queda. Debe haber una comunión de esfuerzos, para en forma equilibrada salvar la situación.
Un ejemplo son los supermercados, las farmacias y los colmados que no han dejado de trabajar, han respetado el toque de queda y hasta donde se sabe, o se ha publicado, muy poco de su personal ha resultado afectado.
Pero por los medios y métodos que sea la crisis económica tiene que ser salvada. No puede ser el eterno camino de estar tomando préstamos internacionales. El endeudamiento a largo plazo es mortal, pero en ocasiones es el único camino que le queda a un país postrado.
Tomando en cuenta el panorama internacional, la crisis económica va para largo. Se tambalean las grandes potencias, hay millones de desempleados, comercios cerrados y un futuro incierto.
De ahí que se ve difícil que haya un pleno lanzamiento de la industria turística. En Europa, mientras se mantenga la pandemia, pocos querrán salir de vacaciones. Además entre enfermedad y desempleo los coloca contra la pared.
Todos los esfuerzos nacionales se tienen que concentrar en la lucha para prevenir el Covid-19. En esa lucha los partidos políticos y agrupaciones sociales pueden jugar un papel estelar. Las iglesias, con su dominio de masas, son necesarias en esta ardua tarea.
Que no se baje el espíritu de lucha, que el fin del 20 no significa que todos los problemas fueran sepultados en el cofre del olvido. Están vivos y si no los enfrentamos nos postraran y destruirán. ¡Ay!, se me acabó la tinta.
manuel25f@yahoo.com
(El autor es periodista residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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