Por Félix Núñez
Antes de arribar a su primer mes de Gobierno, el presidente Luis Abinader, abordó temas de mucha trascendencia nacionales e internacionales, pues tocó lo concerniente del tipo de relación con el resto del mundo que pensaba desarrollar en su mandato.
Este último aspecto, dada la difícil correlación geopolítica que tiene lugar ahora mismo en el mundo, fue uno de los tópicos que llamaron la atención de la disertación del jefe del Estado.
Sin embargo, y aunque pasó ligeramente inadvertido, Abinader habló de algo extremadamente sensible en el ambiente político nacional, al asegurar, de forma categórica y tajante: “Mis hermanos ni mis familiares harán negocio con el Gobierno”.
La trascendencia de esa afirmación no es que se produzca, sino que se lleve a la práctica, y al pasar balance, en el curso de su mandato o en el momento en que ya no sea presidente, se compruebe que no fue un simple discurso.
Es por ello que resulta trascendente lo anunciado por el mandatario el pasado miércoles, “Día Internacional de la lucha contra la Corrupción”, donde reitera su compromiso con la transparencia, al tiempo que anuncia una seria de medidas.
Entre lo más trascendente podemos citar el Gabinete de Transparencia, que será presidido por Milagros Ortiz Bosch, el cual velará para que existan cuentas claras a la hora de negociar con el gobierno.
El interés del presidente Abinader, está acorde con los reclamos de la mayoría de la población, que a diario pide que no solo se le ponga fin a la impunidad, sino que vayan a la cárcel todos los que robaron aprovechando sus condiciones de funcionarios pero que, además, les sea recuperado el dinero sustraído.
Con esta iniciativa el presidente de la República da otro paso contra la corrupción y demuestra que está empeñado en pasar de las palabras a los hechos.
Este plan de reforma anunciado por el presidente Abinader, a propósito de un encuentro con líderes de opinión, en el Palacio Nacional, no solo busca fortalecer las instituciones, sino que va más, porque pone en marcha un plan para recuperar el dinero de la corrupción
En su afán por frenar ese flagelo, el presidente Luis Abinader, encontrará muchos enemigos, sobre todo aquellos que se han hecho ricos fruto del desorden en la administración pública y con la impunidad que ha imperado a través de los años en un país.
Otros que no le cayó muy bien lo anunciado por Abinader, son aquellos legisladores que no se imaginan un Congreso Nacional sin “barrilito o cofrecito”, ya que, en su propuesta el mandatario haló claro sobre una constitucional para eliminar esos fondos que reciben los congresistas.
El gobernante impulsará además una reforma que incluirá reforzar la independencia del ministerio público para que sea escogido por un órgano apartidista.
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