Expertos en Internet, afirman que en los últimos 25 años, desde 1995, el uso de servicio de esta red se ha multiplicado por más de un 100 por ciento, y la cantidad de usuarios cada vez es mayor. Hoy ocupa más de la mitad de la población mundial, es decir, de los siete mil 676 billones de personas que tiene el mundo, cinco mil,112 billones, un 67%, tiene acceso.
El informe Digital 2019: Global Internet Use Accelerates, presentado por las plataformas We Are Social y Hootsuite, en enero de 2019, afirmó que en la República Dominicana había 6.9 millones de usuarios de internet, diseminados en el 64% de la población.
Las estadísticas mensuales del Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (Indotel) registraron a junio de 2019, que el país contaba con 7.8 millones de cuentas con acceso a internet.
Además, la Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples (Enhogar), indicó que personas de cinco años o más usan internet.
Teniendo la ciudad el 78.1% y el 60.5% la zona rural. 50% en hombres y mujeres. La encuesta destaca que, a medida que aumenta el nivel de escolaridad de las personas, crece la proporción de usuarios de computadora, internet y teléfono celular.
Estas estadísticas son importantes, entre otros temas, para entender el avanzado acceso a tecnología en nuestra población. La red de internet ha sido una gran aliada para la humanidad, cuando se abrazan los beneficios. En los actuales momentos, nos ha permitido estar en contacto con todo lo que pasa en el mundo. Más aun, durante los estados de emergencias y distanciamiento social por la pandemia del coronavirus.
Tanto a nivel particular como para las instituciones educativas y empresas, como medio, ha mostrado su potencial. Gracias a este sistema, hemos podido estudiar y trabajar desde casa. Mientras, el uso de las redes sociales y plataformas virtuales, han sido aliadas por excelencia, con un rol preponderante: el WhatsApp, Google Classroom, las videollamadas.
El Internet ha permitido a las personas usuarias, estar en comunicación, teniendo grandes distancias territoriales entre ellas. Asimismo, enviar y obtener información entre públicos heterogéneos; ampliar nuestra educación y fortalecer la diversidad cultural. Siendo conscientes de que, debemos tener tacto para no hacernos eco de informaciones negativas; esas que generan desinformación, mediante noticias y hechos falsos. De igual forma, para no usar esta herramienta tan útil, para esparcir violencia, enojo, envidia, celos…
No nos aventuremos a caer en “la vida de las redes sociales”, esa forzada, fingida; elaborada por la presión social. Esta red es más amigable cuando la usamos para propagar el bien.
Hoy en día, Internet aporta medios para el desarrollo personal, mediante actividades laborales y de recreación, verbigracia el emprendimiento. Podemos utilizar esta plataforma para convertirnos en emprendedores. Recordemos algunos aspectos de su fin principal: facilitar el acceso a información y comunicación.
Estas características se consagran ante crisis, es el caso de este fin de semana, durante el paso de la tormenta tropical Laura, por el país; con sus vientos, casi huracanados, sentidos en gran parte del territorio nacional, específicamente este sábado y domingo. Quienes tenemos acceso a la web, pudimos identificar la trayectoria de este fenómeno natural, tomar precauciones; informarnos posteriormente, acerca de los daños y las pérdidas dejadas por las fuerte y copiosa lluvia.
En esta oportunidad, en las redes sociales, tuvimos un respiro, en ellas y su comunicación instantánea, disminuyó la competencia entre quién tiene más objetos materiales, riquezas…, o quién se ve mejor. Hubo reducción en acciones que evidencian violencia y envidia. Obviamente, el momento no nos invitaba a culto al ego, y al cuerpo; a mentir acerca de las pertenencias materiales y estatus social, como observamos comúnmente, quizás gracias a la influenciada de males de salud mental.
Este fin de semana en la generalidad, más que ataques a políticos, artistas, “echa vaineos”, ciberacoso; abuso de las redes sociales, disfrutamos en un buen porcentaje de comunicación positiva, la que, nos mantuvo alerta del acontecer nacional e internacional. Que nos hizo preocupar por el bienestar de nuestro prójimo, por querer asistir al quebrantado. Ahora en colectividad, el desolador panorama de algunos coterráneos, sobre todo, esas personas que viven en lugares vulnerables, cerca de ríos, cañadas, presas; en zonas inhóspitas, que perdieron ajuares, alimentos, y hasta familiares, solicita que accionemos. Es tiempo de levantar escombros, asistir al que sufre, sanear las zonas afectadas, y continuar presentando al mundo los componentes y esencia de la población dominicana cuando junta se ocupa de una causa.
Hasta pronto.
(La autora es educadora, periodista, abogada y locutora, residente en Santo Domingo, República Dominicana).
santosemili@gmail.com
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