El martes 18, a las 5 en punto de la tarde, Samuel Sierra informó por wasap el fallecimiento de su padre Julio Samuel, conocido como Jimmy Sierra por sus aportes a la sociedad dominicana en sus funciones de escritor, profesor universitario, cineasta y promotor cultural, amén de sus esfuerzos en la lucha por nuestra democracia.
La reacción de amigos y contertulios estalló minutos más tarde de las cinco en punto, hora en que cayó Ignacio Sánchez Mejías. Son gritos tan profundos y desgarrantes como el de Lorca, cuando el torero fue abatido en la corrida. El chat “Los sobrevivientes” se llenó de llanto e incluso furia ante tanto afecto y no poder nada contra la muerte.
Juan Bolívar Díaz, Julio Aníbal Suárez, Claudio Cabrera, Alexis Almonte, Catalina Ramírez, Domingo Batista, Francis Javier, Leonel Carrasco, Héctor Martínez…periodistas, magistrados, médicos, sociólogos, poetas, tanta gente quería a este hombre y todos lloraron por escrito, todos reprocharon a la muerte caprichosa que suele antojarse de los mejores.
“La muerte no tiene hambre”, suele decirse –al menos en Miches- cuando alguien considerado apto para el viaje a lo ignoto sobrevive para perpetuar sus maldades. Pero lo peor es cuando la parca satisface sus antojos cargando con la gente buena y necesaria, como lo hizo el martes con Jimmy Sierra, el hombre de voz tenue y corazón blando.
Leonel Fernández, expresidente de la República, expresó: “Con profundo pesar despido a mi amigo y hermano Jimmy Sierra, abogado, catedrático, cineasta y escritor. Noble ser humano e irreemplazable compañero de mil batallas, fuente de inspiración para mí, guía y maestro que ejerció gran influencia en mi evolución política y profesional”.
Fernández comunicó estas ideas mediante su cuenta de Twiter y su mensaje fue ampliamente reproducido.
Otros profesionales e intelectuales se manifestaron en igual sentido. Genaro Rodríguez, profesor de la UASD, dijo que la muerte de Jimmy Sierra “me deja anonadado…su vida puede ser tratada desde distintos marcos de referencia”.
Los restos del doctor Sierra –nunca le llamé así- fueron cremados y sus cenizas serán esparcidas en el mar Caribe. Héctor Martínez, poeta, predice que: “Así burlaremos a la odiosa Perséfone que implacable nos lo arrebata 20 años antes de cumplir su ciclo de vida”.
El acto de lanzamiento de las cenizas será anunciado puntualmente.
Jimmy Sierra escribió cuentos y guiones cinematográficos, pero que la posteridad lo juzgue por su novela “Idolatría” y será suficiente para que ocupe lugar privilegiado en nuestra historia.
Esta obra implica una cosmovisión de la sociedad dominicana que no era posible ser explicada por sociólogo alguno. Una historia divertida y rica de contenido.
rafaelperaltar@gmail.co
(El autor es escritor y periodista residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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