Carlos Luciano Díaz Morfa es el único oficial de las Fuerzas Armadas que lleva veinte años en el rango de mayor general. Fue llevado a ese grado en agosto de 2000 por el presidente Hipólito Mejía, a quien desde entonces ha servido como edecán. Cesará en esa función el próximo día 16, cuando asuma la más alta responsabilidad de su área.
De 61 años, 43 de ellos en la carrera militar, ha sido escogido por el presidente Luis Abinader como ministro de Defensa. Para algunos ha resultado sorpresa porque suponían que Díaz Morfa estuviera en retiro. Para mí este nombramiento es un acto de justicia. Y de reconocimiento a la madurez de un profesional de las armas.
Los militares son formados en la obediencia, pero todos quieren comandar. El general Díaz fue brevemente jefe del Ejército, pero por razones especiales fue llamado de nuevo al Cuerpo de Ayudantes Militares del presidente Mejía y se ha mantenido con el exmandatario, dieciséis años después de que éste dejara la presidencia.
El jefe de los ayudantes militares vela por la seguridad del Presidente, donde quiera que vaya el mandatario, pero así como aleja personas, estará en capacidad de acercar a otras. Debe tener sentido práctico, sentido político y firmeza en la discreción. El general Díaz Morfa ha mostrado el buen sentido que precisa la función.
Cuando un militar desempeña un puesto de tipo político tiene que fundamentar su actuación en la formación académica, pero también recurrir a la educación hogareña. El próximo ministro de Defensa ha dado ejemplo de ello. Fue formado en la Academia Militar Batalla de las Carreras, a la que ingresó en enero de 1977 como cadete.
Pero también en el hogar tuvo oportunidad de desarrollar sus aptitudes para combinar la condición militar con la de hombre apto para el trato humano. Su padre fue el general de brigada Luciano A. Díaz Tejera, E.R.D. y su madre la doctora Luisa Arminda Morfa. El general Díaz Tejera fue hombre de notable mansedumbre.
La trayectoria de Díaz Morfa incluye posiciones de mando intermedias, a la vez que ha realizado diversos cursos de capacitación, en el país como en el exterior. Quiero destacar el Diplomado en Desarrollo de Políticas de Defensa y Administración de Recursos en la Universidad de Defensa de Washington, EUA.
Demostró lealtad a quien fuera su comandante en jefe, pero también persistencia y perseverancia. Insisto en que su designación como ministro de Defensa es oportuna y justa. Lleva más de dos tercios de su vida en la institución. Era tiempo de una faena mayor para un hombre formado para ser militar. Militar correcto.
(El autor es escritor y periodista residente en Santo Domingo, República Dominicana).
rafaelperaltar@gmail.com
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