A Pleno Sol
Se está jugando al bipartidismo. El presidente Luis Abinader y Leonel Fernánde se mueven como si solo ellos dos estuvieran en la lucha política diaria. Directamente dan la impresión de que quieren sacar del juego al Partido de la Liberación Dominicana.
Desde hace tiempo, Abinader tiene marcado como su contradictor favorito a Leonel. Inclusive en estos días Danilo Medina ofreció declaraciones a la prensa, y ambos silenciaron sus observaciones y respuestas.
Pero en verdad no hay bipartidismo representado por los partidos Revolucionario Moderno y Fuerzas del Pueblo. Dentro de los mayoritarios está metido el PLD. La cabeza de la oposición la luchan la FP y los morados, aunque los dos, en ocasiones, lucen flojos en sus argumentos.
Sería interesante que se dé un debate difundido por la radio y la televisión, y organizado y patrocinado por una universidad. Entre los tres dirigentes políticos podrían presentar el panorama real del país y las soluciones a mano.
Es difícil en esta época de desarrollo de la comunicación on-line determinar quien podría sacar ventaja a un debate. Con buenos argumentos, Abinader podría enterrar a la oposición, pero éstos con señalamientos precisos tendrían oportunidad de acorralar al gobierno.
Favorecemos el debate, aunque por la historia dominicana lo más seguro es que nunca se lleve cara a cara, aunque se mantendrían los enfrentamientos por los medios de comunicación. La polémica debe ser cortante, buscando soluciones a los males del país, y no removiendo insultos personales y fantasías.
Los políticos no deben enfrentar a diario una guerrilla fuera de control. De lo que se trata es de mejorar las condiciones de vida de los más necesitados y lograr el equilibrio con la clase media y los empresarios y adinerados.
Ese equilibrio social se puede conseguir, pero para ello se necesita el consenso. Entre la oposición y el gobierno es posible alcanzar puntos de concertación, y que el pueblo vea la mejoría, aportada por el intercambio de opiniones.
Los políticos dominicanos consideran que es imposible reunirse con su opositor, lo que hace fracasar cualquier intento de diálogo. Ahora mismo se necesita el esfuerzo de todos si se quiere echar para adelante el país.
El diálogo es lo único que privilegia el desarrollo. En medio de una tierra de combate ningún país se puede desarrollar. Concertación no significa humillación. La unidad puede ser coyuntural y para la acción.
Ello no quita que los opositores se fortalezcan, y que el gobierno ejecute sus proyectos. Lo que tiene que haber es sinceridad, y no solo presentar propuestas para conseguir los titulares y espacios privilegiados en los noticiarios de televisión.
manuel25f@yahoo.com
(El autor es periodista residente en Santo Domingo, República Dominicana).