«La gente no está contra ti, sino a su favor». Carl Jung
Luchamos contra el egoísmo de todos; ¿qué otra cosa podría ser si traemos insertado el instinto animal?. «Esa lucha» en la que nos andamos exponiendo solo podría ser «mermada» si la hacemos consciente… ¡Latamos!
En términos generales, se dice, se plantea, se especula que el 80% de los problemas que nos acosan «son imaginarios», es decir, el 20% sí lo son, pero el resto es nuestra mente, ¡dándole mente!.
¡Si esto es verdad, podemos afirmar que la lucha principal a la que deberíamos enfocarnos es precisamente contra nosotros mismos!. Somos «la causa» de nuestras amarguras.
Para aceptar esto, es urgente que miremos al pasado y meditemos, de forma abierta, ¿cuántos problemas no lo fueron y cuánto de salud, tiempo y bienestar perdimos por «creernos» que el mundo se nos venía encima?.
Perdemos millones de células cerebrales, debilitamos nuestro sistema nervioso, nuestros órganos vitales se hacen lentos y hasta envejecemos más rápido por «especularnos» mentalmente los acontecimientos.
No son los otros los culpables, como creemos. Ellos se la están buscando como usted o yo y, como bien dice Jung, «están a su favor», tal y como lo está usted. ¿O acaso también se va a engañar con esto?.
La clave de este asunto es que aprendamos a luchar tan solo el 20% con nosotros y descartemos al 80% imaginario que tenemos. Lo ideal sería el 100%, pero somos humanos y no es necesario «alcanzar la perfección», ya que sería «contra natura».
Si dejamos de pensar que «los otros» nos están acosando y le «perdonamos» su ajetreada consciencia, su «poca» evolución o su «inferior nivel de aprendizaje», entonces lograremos relajar nuestra mente y podremos funcionar mejor en la vida.
Cada cual lleva el «ring» en su cabeza. No paramos de pensar y debatir en «los cómo o cuándo» solucionaremos los dramas de la vida, pero se resuelven siempre, aunque muchos no lo vean, ya que se dan un tiro antes.
¡Deténgase y contrólese! Que en la vida todo está escrito y preparado para «entrenarnos» y tampoco se pregunte: ¿entrenarnos para qué? Ya que no sabemos nada y lo único que podemos hacer es «especular los motivos».
En lo que averiguamos esa vaina, reconozca que ha vivido fajado con usted mismo toda la vida y que de ahora en adelante, después de leer este latido, dejará de hacerlo y se concentrará en salir adelante sin la ayuda de los demás, ya que «los demás» no harán nada por usted a menos que les dé algo y como usted vive «jodido», no tiene nada que dar.
El único que puede darse lo que quiere es usted. Ya pare de luchar con los demás porque «esa pelea» es solo suya y tendrá que empezar por «apaciguar» sus alborotados pensamientos y ambivalentes batallas que lo mantienen en el mismo lugar en el que está hace «cuchocientos años». ¡Salud!. Mínimo Luchero.
massmaximo@hotmail.com
(El autor es artista plástico dominicano residente en West Palm Beach, EEUU).