En el campo de la química, basicidad, es la cualidad de una sustancia “base” que puede aceptar iones de hidrógeno en agua y neutralizar ácidos…
En otras palabras, es la capacidad que tiene esta de mantener su PH estable ante la adición de un ácido.
Yo que pensaba que me había inventado una palabra nueva, descubro que no, pero que tampoco estaba lejos de la definición que abrigaba otorgarle.
El “basilisco”, aunque similar a Basicidad, tiene un significado “reptilesco” el cual contiene una mirada fatal, malévola y fascinante.
Básico, suele ser aquello que es la base o fundamento de algo. Indispensable y fundamental.
Los dominicanos solemos usar esta palabra dándole un sentido “peyorativo”, en muchos casos, es decir, despectivo o de desprecio. Fulano de tal “es básico”, simple, no tiene muchas luces…
Les confieso que “influenciado” por mis coterráneos, me lancé a “basificar” el título que da nombre a estas intenciones.
Basicidad, es la ambigüedad que me llama la atención ante el fenómeno social de las masas y su influencia al “ignorar” en amplia ventaja a la razón a cambio de lo irracional.
Fenómenos “cantantes” de música urbana o “dembow” El Alfa, El Mega, La Materialista, entre muchos otros nacidos por los 80s, nos presentan una música sumamente sensual y violenta.
Acaparan millones de fans sus cautivadores videos en donde, si uno se deja llevar, caemos en un trance de locura que nos lanza a los principios mismos del hombre, aquellos en donde lo salvaje era lo normal.
No es una música para escuchar, es “básicamente” para bailarla y acudir al desenfreno. Les confieso que para pasar una noche divertida con su pareja, en donde se muestre “el animal” que todos llevamos dentro, es maravillosa.
Sin embargo, el aporte y la influencia en general que arraiga, es altamente peligrosa para las mentes débiles. Ósea, para la gente “básica”.
Igual sucede en la política. Candidatos probados por su dudosa agrupación de maleantes, parecen “embriagar más” que los que demuestran tener las mejores cualidades e intenciones.
Así vemos, como un Guillermo Moreno, quien propone el cambio que la gente desea, aparece en las encuestas por detrás de Gonzalo, Abinader y Leonel quienes representan la inercia constante… lo mismo.
La basicidad del pueblo dominicano ¡es insólita!. Se la pasan quejándose del gobierno actual y se aferran a otro que representa las mismas cualidades.
Como si lo basilisco les cautivara con su mirada fatal y su cuerpo de reptil. Un baile de dembow malévolo y fascinante.
No sabemos separar lo básico de lo estéril. Extirpar la acides que mantiene nuestro PH inestable a causa de una base que no acepta iones de hidrogeno. Que no acepta el nuevo oxigeno que se les está brindando.
Sigamos viviendo como el bailecito simpático del dembow, con sus prosas rastreras y lujuriosas, embotando nuestras mentes e “inyectándonos” ácidos para aturdir nuestra capacidad de basicidad.
Continuemos con “aquella otra” “basicidad”, la mía, la que describo como; esa ambigüedad social de las masas de “ignorar” la razón a cambio de lo irracional.
Seamos básicos, ¡pero básicos de verdad! indispensables y fundamentales con nuestros votos. Realicemos el cambio que queremos, el que necesitamos.
Ya muchos ácidos nos han echado y están a punto de desestabilizar nuestra esencia como nación. Nuestra base social está herida de muerte y con “esa musiquita” ¡ya mismo nos lanzamos por el precipicio!.
La gente “básica” es básica en esta basicidad basilisco que enfrentamos. Pero como estas líneas no fueron escritas de forma “básica” sino “basilisca”, estoy casi seguro que estas intenciones mías se llenaron de tanto acido que no hay basicidad que las salve…de todas maneras mami, llégale a la mezcla Y dale pa’l hotel, trae una amiga extra ¡Y yo le’ doy corriente de la forma correcta pum!pum!. ¡Salud!. Mínimo Caminero
massmaximo@hotmail.com
(El autor es artista plástico dominicano residente en West Palm Beach).
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