En tiempo de odios empapados de racismo y xenofobia, cuando el neoconservadurismo mental destila antihaitianismo y violencia por muchos poros de la clase gobernante, de su partidocracia, generalato, academias, elites capitalistas pervertidas y el propio Palacio Nacional, estos son mis anhelos insulares:
Que nunca olvidemos la alta valoración de nuestro Juan Pablo Duarte sobre el pueblo haitiano, su pionera independencia en Nuestra América y su revolución anti-esclavista.
Ni el aporte a la unidad insular del Comando Haitiano y el impactante sacrificio de su joven poeta Jacques Viaux, héroe de la Guerra Patria contra el yanqui invasor (1965).
Que nunca despreciemos el significado de la lucha restauradora, liderada por Gregorio Luperón, hasta derrotar la anexión a España y la traición de falsos independentistas; ni la epopeya de Caamaño y los constitucionalistas frente a la intervención imperialista de 1965.
Que dejemos de quemar banderas dominicanas y haitianas, aquí y allá. Que mejor nos dediquemos a quemar muñecos del Tío Sam, allá y acá; o los símbolos del Pentágono, la CÍA y USAID; a repudiar al FMI, demandar la salida de RD del Comando Sur, de Uni Gold, Gold Corp, Barrick Gold, Falcondo, y las tropas extranjeras de Haití.
O a combatir sin tregua el decadente neocolonialismo insular.
Que las embajadas piqueteadas sean las de EE. UU y las de las grandes potencias que agreden –y destruyen- a países que luchan por la justicia y la autodeterminación.
Que contribuyamos a crear la Federación Insular dominico-haitiana como parte de la Unidad Antillana y la Confederación de Repúblicas Latino-caribeñas,.y entendamos que la patria son los seres queridos, el vecindario, el barrio, el pueblo, la ciudad, el campo, la escuela, la universidad, la fábrica…con su diversidad cultural, humana, ambiental y social; no importa el color de su piel, de quienes las habitamos, sus creencias, su forma de hablar, su origen, su sexo, su edad, su orientación sexual…
Que patria es humanidad. Es nuestro terruño y pueblos vecinos. Es el Caribe, es nuestra América, el planeta, suma de todas las identidades culturales.
Que las Patrias chicas deben construir la grande, tupamarista, bolivariana, guevarista, y la Patria-Humanidad; donde reine la igualdad en la diversidad y prime el verdor, la vida, el amor y la felicidad colectiva.
Que pensemos llamarla también matria y sembrarle socialismo y flores, porque patria viene de patriarcado y es injusto excluir la otra mitad sublime de la humanidad.
@narcisoisaconde
(El autor es dirigente político residente en Santo Domingo, República Dominicana).