A Pleno Sol
Para dentro de cuatro años se tienen que hacer modificaciones profundas al sistema electoral dominicano. Tienen que ser medidas de consenso entre todas las fuerzas políticas, organizaciones empresariales, las iglesias, y los representantes de la sociedad civil y las juntas de vecinos.
Lo primero que hay que modificar son las dos vueltas electorales. El sistema de que para ganar en primera ronda se debe conseguir el 50 más uno de los votos emitidos no tiene razón de ser, y debe ser abolido.
Dentro de cuatro años las modificaciones electorales deben consignar que para ganar las elecciones presidenciales, únicamente se necesita tener mayoría simple, en una sola ronda electoral.
Hay que definitivamente abolir el sistema de dos rondas. Ese cincuenta más uno fue impuesto por el doctor Joaquín Balaguer como una forma de impedir la llegada al poder del doctor José Francisco Peña Gómez. Le dio resultado, y el Partido Reformista en un tercer lugar apoyó al Partido de la Liberación Dominicana para sacar del juego al doctor Peña Gómez.
La República Dominicana dentro de cuatro años se estará reponiendo de los estragos causados por el corona-virus, razón por la cual no se puede embarcar en un torneo electoral de doble ronda, que lesionaría la economía nacional y que no es una muestra tangible de democracia.
La voluntad popular está sintetizada en la votación mayoritaria de uno de los candidatos. Ir a una segunda ronda, es iniciar cabildeos y arreglos que en ocasiones lesionan la misma limpieza del proceso.
Para hacer estos cambios tiene que haber consenso entre todos los sectores nacionales. Ya los técnicos van a tener que trabajar con mucho detenimiento para tratar las vertientes de un posible empate técnico, y pequeñeces que si no se ponen en claro, podrían crear problemas a futuro.
Hay que aplicar mayores sanciones y que sean efectivas contra el transfuguismo. En este proceso se demostró que eso es letra muerte, y que nadie lo obedece. Desde luego se debe comprender que donde no hay una lucha ideológica, es fácil cambiarse de chaqueta.
La segunda vuelta electoral es un recuerdo nefasto de cuando la política se ejercía con un colín en las manos para volar cabezas, o con el banderín colorao en la punta del fusil, y no se respetaban las instituciones para mantener el poder.
La democracia es un árbol que necesita agua y abono. La segunda vuelta electoral solo sirve para empantanar el proceso y crear distorsiones. Debe ser eliminada. ¡Ay!, se me acabó la tinta.
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