Montecristi (República Dominicana).- El Centro Bahía de Manzanillo para el Desarrollo Regional (CEBAMDER) denunció las acciones destructivas que se llevan a cabo para hacer desaparecer la histórica Playa Estero Balsa, en Manzanillo.
Según Frank Valenzuela, presidente del CEBAMDER, la construcción de un muelle para la descarga de gas natural que servirá para suplir a la planta que están construyendo se realiza ocupando todo el espacio de esa playa pública de gran importancia ecológica y cultural, amenazando con su total desaparición.
Valenzuela destacó que la empresa Energía 2000, S.A., junto con inversionistas como Coastal Petroleum Dominicana, S.A., Manzanillo Energy, S.A.S., Antremar, S.R.L., Inversiones Santa Marta, LTD., Lindsayca, Inc. y Jones Brache, ha iniciado la construcción de las instalaciones para el muelle en el mismo centro de la playa Estero Balsa.
Señaló que estas obras se han iniciado sin presentar ningún estudio de impacto ambiental, lo que constituye una grave irresponsabilidad.
Valenzuela destacó que la playa Estero Balsa es parte integral del Parque Nacional Manglares de Estero Balsa y está registrada en la Convención de RAMSAR como un humedal de importancia internacional, enfatizando que la destrucción de esta playa implica una violación flagrante de los acuerdos internacionales de protección ambiental, y denuncia la indiferencia del Ministerio de Medio Ambiente ante esta situación.
El presidente del Centro CEBAMDER recordó que meses atrás, el Ministerio de la Presidencia emitió un comunicado prometiendo la preservación de la Playa Estero Balsa. Sin embargo, Valenzuela criticó que a pesar de esa promesa, la playa está desapareciendo rápidamente. En la comunidad de Manzanillo, se comenta que existe la intención de eliminar la playa y prohibir el acceso a ella, lo que agrava aún más la situación.
Resaltó que la reciente colocación de piedras a lo largo de la orilla de la playa Estero Balsa, junto con la construcción de infraestructuras en sus cercanías, está generando varios impactos significativos en el ecosistema y en la integridad de la playa.
Estas acciones están destruyendo hábitats naturales cruciales para numerosas especies marinas y aves, alterando el flujo natural del agua y afectando la distribución de nutrientes vitales para la salud del manglar.
Valenzuela advirtió que estas infraestructuras rígidas están incrementando la erosión costera. Las piedras y el muelle reflejan la energía de las olas, lo que resulta en una mayor erosión en áreas adyacentes no protegidas. La alteración de los procesos naturales de transporte de arena está reduciendo el tamaño de la playa, disminuyendo su capacidad para proporcionar hábitat y protección costera.
Desde el punto de vista legal, Valenzuela subraya que la intervención en un área protegida de manglar registrada bajo la Convención de RAMSAR puede constituir una violación de acuerdos internacionales. Esto podría llevar a sanciones y a la necesidad de implementar medidas de restauración ecológica, con costos adicionales y responsabilidades legales para las empresas involucradas.
Sostuvo que la eliminación de la playa Estero Balsa también tiene repercusiones sociales y económicas y destacó que las playas son recursos valiosos para las comunidades locales, no solo por su belleza y valor recreativo, sino también por su papel en la economía local a través del turismo y la pesca.