Juan Toribio/MLB.com
LOS ÁNGELES — Mookie Betts sabía que trasladarse al campo corto iba a representar el mayor reto de su carrera. Se trata de la posición más exigente en el deporte, una que Betts no había jugado con regularidad desde que estaba en la escuela secundaria.
Pero cuando los Dodgers le propusieron que se convirtiera torpedero esta primavera, Betts aceptó. En los últimos dos meses y medio, han sido pocos los días en los que no se ha visto a Betts en las paradas cortas horas antes del primer lanzamiento, fildeando docenas de roletazos.
«Esto es muy difícil», dijo Betts durante el fin de semana. «Es muy, muy difícil. Es lo que es. Hay que hacerlo. Disfruto hacerlo, pero lo principal es que es muy, muy difícil».
Ahora que los Dodgers han completado 51 juegos (33-18 y una ventaja de 8.0 juegos en la División Oeste de la Liga Nacional), Betts puede empezar a evaluarse. Al principio, sólo quería ver cómo se desarrollaba el proceso y aprender sobre la marcha. Ahora, se trata de la ejecución.
En el último mes, Betts ha empezado a lucir más cómodo en las paradas cortas. Ha hecho las jugadas de rutina, aunque en ocasiones los errores a la hora de hacer tiros han sido un problema; ha cometido seis pifias en 339.1 entradas. Hay otras jugadas, por supuesto, en las que su falta de experiencia inevitablemente se nota. Contra los Gigantes la semana pasada, Betts sabe que debió haber intentado bloquear una bola en el hueco para evitar que una carrera anotara. El viernes, tuvo un error y otra jugada fallida que prolongó la entrada de James Paxton.
Después del juego, Betts se sentó en la sala de entrevistas de los Dodgers y fue sincero sobre su desempeño. ¿Cómo se calificaría exactamente a estas alturas de la temporada?
«Creo que no ha sido muy bueno», dijo Betts. «Es una obra en progreso. Es la primera vez que lo hago en mucho tiempo. Tienes que empezar por algún lado. Y al menos, sintiendo que estoy en el fondo, no hay a dónde ir más que hacia arriba».
Betts espera mucho de sí mismo. Es lo que lo ha convertido en una de las superestrellas del deporte en la última década. Su autoevaluación fue quizás más crítica de lo que revelan las métricas o la prueba visual.
También existe la realidad de que Betts podría mejorar con el tiempo. Cuando maneja un rebote difícil o una jugada complicada en el hueco, es una de las primeras veces que experimenta algo así. Puedes practicar antes de los partidos, pero no hay mejor maestro que la experiencia. Y en este momento, Betts simplemente no tiene suficiente. Pero los Dodgers esperan que mejore.
«No espero que la carga de trabajo antes de los juegos continúe durante toda la temporada», dijo el manager de los Dodgers, Dave Roberts. «Está tratando de continuar construyendo una base. Espera mucho de sí mismo».
En un futuro, los Dodgers podrían optar por trasladar a Betts de nuevo a la segunda base. Sin embargo, eso no está en los planes ahora mismo. La mejor versión de los Dodgers es una en la que Betts defiende las paradas cortas a diario. El Jugador Más Valioso de la Liga Americana de 2018 lo sabe. Seguirá siendo exigente consigo mismo. Es lo que hizo cuando se movió de la segunda base al jardín derecho con los Medias Rojas. Al final, sólo el tiempo dirá cómo Betts podrá manejarlo todo.
«A veces es bueno recibir muchos golpes de frente», dijo Betts. «Tomarlo con calma y seguir adelante».
Juan Toribio está a cargo de la cobertura de los Dodgers para MLB.com.
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