Reflexiones en campaña #24
En el ajedrez de la política cada jugador establece su plan de juego y la táctica que utilizará para tratar de ganarlo. El PRM, por boca por uno de sus principales dirigentes, ha establecido que tienen en plena ejecución un programa de crecimiento al que denominan estrategia del «remate», esto es, gestionar a cualquier costo y de cualquier manera los votos supuestamente de la diferencia para ganar en primera vuelta.
He aprendido a no cuestionar la estrategia de ningún sector salvo cuando la misma les dejará más perjuicios que beneficios. La referida maniobra es lo mismo que auspiciar la entrada total del oportunismo», captando a quienes ellos saben que se quieren montar en la cresta de la ola, a los que no se quieren quedar fuera del carro de la victoria.
En esa apreciación no están perdidos los amigos perremeístas, solo que les faltan demasiados votos y siguiendo esa táctica, se pueden comprometer mucho con quienes tienen poco, de manera que después el traje del poder les quedará corto.
Esa es mi experiencia, lo he visto así, esa política de barrer para dentro trae mucho más desechos que beneficios. He visto pomposas juramentaciones del PRM, de «dirigentes» que no suman los votos ni de su familia. Pero lo peor es que ya entre esos juramentados los hay quienes se creen ministros.
Los amigos del PRM deben de saber que quienes votan son dominicanos, no son suizos. Eso quiere decir que nos conocemos todos, que la política de sumatoria llega un momento que no funciona porque los votos sueltos se ponen caros y los amarrados hay que hablar con los dueños de los lazos. Este el caso que nos ocupa.
Si en su remate los PRM se quieren llevar parte de la estructura del PRSC u otros partidos, los seducirán, pero la parte que no se va, que será mayoritaria cuando la necesiten, es posible que no la consigan por hacerles creer que no son respetados. Peor aún, el voto de la FP y sus aliados es un voto de amplia simpatía no orgánica.
Hoy el leonelismo es como una flor silvestre que se reproduce en todos los lados, no ha necesitado ni abono ni cuido para que florezca, porque es un voto orgulloso a la mejor opción con que cuenta la nación.
Creen de manera ingenua que siempre es axiomático el criterio de que «el enemigo de mi enemigo es mi amigo», pues hay que ver hasta donde las diferencias son mayores y donde hay mayores peligros y acechanzas. Se les olvida a los perredeístas con nuevas siglas, que las bases del PLD son, de igual manera y en el futuro inmediato, la base de apoyo tanto para Danilo como para Leonel. Quien quisiese presentarse después de estas elecciones, es con esa fuerza de apoyo que deberá contar. Deberían saber que si fracasa un gobierno de Luís, se lleva de encuentro a quien lo apoyó.
También deberían poner en la balanza, los ejecutores del «plan remate», que las alianzas se construyen sobre la base de la credibilidad. Nadie desea apoyar a quien le resta militancia, más aún cuando pueden chocar aspiraciones para el 2024. Todos sabemos que quien salga elegido se querrá presentar nueva vez, y por tanto, no es lógico que yo pierda mi base de apoyo para respaldar al que me debilita hoy y con quien contendré mañana.
Hay razones de sobra para actuar de manera intempestiva, de eso conocemos mucho en el viejo PRD. No se analizan consecuencias. Pero de este lado sobra la inteligencia emocional y, no lo duden, tenemos un líder que actuará con mucha racionalidad. Esa forma apacible es parte consanguínea de su ADN político, ¡por eso ha sido tres veces Presidente!
Esa apuesta riesgosa que hace el PRM los puede dejar sin socios para la segunda vuelta, porque los intereses y la credibilidad, la certeza del cumplimiento de acuerdos, están heridos de muerte, sobre todo por la glotonería de los cercanos al candidato presidencial, que están auspiciando la política de «a menos tocamos a más» y creyéndose dueños de todos los espacios. Así lograran quemar las naves del proyecto en el 1er. intento o, dicho de otra manera, pondrán todos los huevos en una sola canasta.
El PLD busca lo mismo que el PRM, ganar en la primera vuelta, lo que hace suponer que como los dos quieren lo mismo, por la acción de uno y otro no lo lograrán, pero para la sentimental base del PRM es peor, porque si después de decirles hasta la saciedad al país y su militancia que tienen 2O puntos de diferencia aparecen casi empates, como les pasó en las municipales, se los come vivos la percepción de la población, porque en igualdad de votos en el imaginario popular se construirán dos criterios: el primero, que la tercera fuerza, de ser nosotros, nuestros vínculos primarios son con la base del PLD y puede ser, puede ser que por solidaridad se les apoye aún en contra de las reservas que pueda producir en el candidato presidencial; y, segundo, no debe desecharse la acendrada idea en el electorado nacional de que a los gobiernos no se les ganan elecciones por tres o cuatro puntos de diferencias.
Esto sin esgrimir que todo el aparato mediático se esforzaría en hacernos entender lo insensato que sería entregarles un país en crisis a novatos o muy malos gerentes, frente a los aciertos que en materia de estabilidad macroeconómica han realizado las administraciones peledeístas.
Los peledeístas siguen siendo clase aparte, no importa si están en el viejo partido o en la Fuerza del Pueblo. Les recomiendo de corazón a los hermanos del perremeísmo que no se confíen tanto en las diferencias de los morados, que no importando si siguen siendo morados o verdes, se comportan con igual celo en algunos temas de nación, en los que ninguno tiene afinidad con ustedes.
El apostar a ganar en primera vuelta debilitando a tu posible aliado para la segunda, es una quiniela que les puede resultar pelada cuando la vayan a cobrar.
No lo duden, en una segunda vuelta los aguacates harán su trabajo, de un lado y de otro. Igual lo harán los oligarcas detentadores del gran capital que, muertos de miedo por la incertidumbre de un gobierno perremeísta, presionarán, pero sobre todo el clamor lloroso de las bases cuyos gritos de que se haga un acuerdo se oirá hasta en el pico Duarte.
Luis y su equipo no se pueden creer tan buenos que en cualquier pasarela de moda ganarían. Si no usan la inteligencia, la prudencia y la buena fe, les pudiese pasar como a decenas de casos en nuestra historia, que estando tan cerca se la pusieron ellos mismos tan lejos. Que no sean un proyecto «vela», como tantos que he visto, de esos que cualquier sencillo viento apaga por no estar a resguardo.
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