A Pleno Sol
Las elecciones presidenciales y congresuales ya están tocando las puertas. En alrededor de un mes se escogerá al próximo mandatario dominicano. Hoy, la percepción es que casi automáticamente se tendrá que ir a una segunda ronda electoral.
En menos de tres meses ese panorama electoral cambió radicalmente. Se quedaron detrás los grandes mítines, las caravanas y hasta las sonrisas de los candidatos. Hoy, todo el accionar político tiene que ir unido a la lucha contra el corona-virus.
Desde que se dieron a conocer los tres candidatos principales, evalué que se iría a una segunda vuelta. No hay polarización ahora mismo en el ambiente político nacional. Más bien se da una lucha entre tres candidatos con posibilidades de ir a la segunda vuelta.
En política no se trata de sacar un conejo de un sombrero de mago, sino de ver y analizar posibilidades reales. Las efectivas en el cuadro dominicano es que los tres principales candidatos irán solos a la primera ronda, y luego se trataría de negociar con el que quede en tercer lugar.
Ninguna negociación es fácil. Todos los arreglos políticos son difíciles y a veces imposibles. Lo único que los hace viable es llegar al poder. Una máxima que está escrita con letras de oro, para ganar hay que negociar. Un político solidario, con sus votos bajo el brazo, hoy no tiene razón de ser, debe buscar la unidad,
Por ejemplo, las revoluciones son frentes de masas. Todos se unen en un momento dado, para tratar de alcanzar una meta. Ya lo decían los viejos izquierdistas, la unidad solo es posible para la acción. Pero esa es una época ida y olvidada. Hoy la unidad se necesita para llegar al poder.
Con un casi seguro escenario de segunda vuelta, la capacidad de negociación y de concertación será vital para ganar. En ocasiones el que está en el tercer lugar, fuera ya de la segunda ronda, tiene en sus manos el ariete para abrir las murallas del Palacio Nacional.
Por esta razón no hay en la política electoral amigos ni enemigos, sino grupos que se enfrentan circunstancialmente. Ya pasó la etapa de las ideologías, y ganar es lo que cuenta para casi todo el que medra en el partidismo.
Para una primera ronda nadie tiene la fuerza suficiente para triunfar en la República Dominicana. Si nos vamos al escenario de la segunda vuelta podría darse la eventualidad de que alguien gane fácil con sus propias fuerzas, pero la lógica indica que el tercer lugar será decisivo.
No hay bi-partidismo, pero si polarización entre los grupos de oposición y el gobierno. Todo indica que hay más posibilidades de alianza para una segunda ronda entre Luis Abinader y Leonel Fernández, que entre Gonzalo Castillo y Leonel. Sin embargo, la política es de sorpresas. Por lo tanto esperemos el resultado de la primera vuelta, y luego analicemos la segunda y decisiva. ¡Ay!, se me acabó la tinta.
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