A Pleno Sol
Arrancando de lleno la campaña política, es necesario que sobre el tapete se expongan los principales problemas del país. Las soluciones tienen que llegar, pero si los males están ocultos, nunca se tomaran en cuenta.
En las lides políticas es a veces un pecado capital hacer señalamientos que pueden provocar enojos de los cabezas de tendencias. Plantear líneas políticas incorrectas en una estrategia, es salir de la mala forma de esa agrupación partidista.
Pero hay que exponer con claridad cuáles son los problemas principales del país. Los mismos no van a salir en las exposiciones de los principales líderes, que tienen compromisos a todo nivel, por lo que le corresponde a la prensa independiente hacer esa labor.
La prensa es el equilibrio social. Sin embargo, es tormentoso en el día de hoy encontrar una prensa independiente e imparcial. Se puede ser las dos cosas. Independiente de los partidos y sus grupos, y del peso mediático de la chequera generosa.
Se puede también ser imparcial. Esa imparcialidad se da en cuenta a cadenas partidarias, a seguimiento ciego a las ideas de los caudillos, a expresar conceptos que están pagados. Donde nunca puede haber imparcialidad es en la lucha porque mejoren las condiciones de vida de la población, en abrir guerra al hambre y la miseria, a luchar por un mundo mejor.
El ejercicio periodístico no puede tener el traje de la complacencia y estar bien con todos. Tiene que ser cuestionador, inquisidor, plantear soluciones y enfrentar las injusticias.
No es un camino fácil. Está lleno de escollos. No es atractivo para el que ve la comunicación como un simple negocio. En una ocasión escuché a un profesor de antaño de periodismo que dijo una frase que siempre me ha llamado la atención: cuando se escribe o se habla hay que tener mucho conocimiento de causa y ser ecuánime.
Estamos en campaña política y el papel de la prensa debe ser actuar con responsabilidad y ser baluarte en las denuncias de los males sociales del país. Tiene que ser parte en la búsqueda de las soluciones, pero no puede ser un amanuense de mal cuño.
La casi totalidad de la prensa dominicana es seria y responsable, actúa con conciencia, aunque hay puntos negros que solo piensan en el dinero. Hoy más que nunca hay que ejercer un periodismo de responsabilidad y conciencia. «Y conoceréis la verdad y la vedad os hará libres». ¡Ay!, se me acabó la tinta.
manuel25f@yahoo.com
(El autor es periodista residente en Santo Domingo, República Dominicana).