Santo Domingo (República Dominicana).- En tiempos antiguos, la Semana Santa era observada con fervor cristiano y oración, pero hoy su esencia se ha diluido. Las personas la eligen para vacacionar y bailar, olvidando el sacrificio de Jesús. Es un tiempo de luto y tristeza que ignora la ley divina. Es hora de reflexionar y recuperar el verdadero significado de la Semana Santa, recordando el sacrificio de Jesús por la humanidad, siendo un momento para la introspección, la oración y el recogimiento espiritual. Este llamado a la reflexión lo hace Jesús María Solís Medina, un escritor dominicano de Santo Domingo, República Dominicana, en 1983.
Escritos de mi propia inspiración, dedicados a los que con musas inconclusas, tienen la valía de publicar sus ideas, a los orgullosamente llenos de patriotismo.
En tiempos ya lejanos, esta semana Ostentó el título de la mayor, Se vivía con devoción, con alma sana, Y la oración brotaba con fervor.
Mas hoy en día, su esencia se ha marchado, La gente la elige por otro fin, Vacaciones en playas, bailes desenfrenados, Ignorando el dolor del redentor sin fin.
La muerte de nuestro Padre, se olvida, Ese sacrificio inmenso por la humanidad, Su muerte en la cruz, por nuestras almas rendida, Parece un cuento sin importancia en la ciudad.
Es la semana donde la muerte impera, Un tiempo de luto y profunda aflicción, Luto que invade hogares sin recelo, Sin respeto alguno por la ley del Creador.
En tiempos pretéritos, esta semana Ostentó el título de la mayor, Se observaba con fervor cristiano, Y la oración brotaba con piedad.
Mas en la actualidad, su esencia se ha diluido, Las personas la eligen a su antojo, Para vacacionar bajo el sol radiante, O bailar en los clubes con alborozo.
Olvidamos la muerte de nuestro Padre Celestial, Quien ofrendó su vida en la cruz por la humanidad, Su sacrificio nos redimió del mal, Y nos abrió las puertas a la eternidad.
Es la semana donde la muerte se hace presente, Un tiempo de luto y profunda tristeza, Que invade hogares y corazones fervientes, Ignorando la ley divina con desfachatez.
En tiempos ya lejanos, esta semana Ostentó el título de mayor, Se observaba con celo cristiano, Y la oración se elevaba con religiosidad.
Mas en la era actual, tal devoción se esfuma, La gente la elige por azar, Para vacacionar bajo la espuma, O bailar sin cesar.
Olvidamos la muerte, la agonía, Del Padre Eterno que nos dio el ser, Quien en la cruz entregó su vida, Para salvar al hombre del mal y el lodo.
Semana de luto, de dolor profundo, En la que la muerte extiende su velo, Llenando hogares de un pesar profundo, Sin respetar la ley del cielo.
Reflexión:
Es un llamado a la reflexión, a recuperar el verdadero significado de la Semana Santa. No se trata solo de días libres o de fiestas, sino de un tiempo para recordar el sacrificio de Jesús por la humanidad. Un momento para la introspección, la oración y el recogimiento espiritual.
Por Jesús María Solís Medina,
Escritor dominicano.
Santo Domingo, República Dominicana,
1983