por Miguel A. Porrúa – Florencia Baudino – Elena Faba
¿Te puedes imaginar un mundo en el que un recién nacido es registrado en línea como ciudadano por sus parientes, que cuentan con una identidad digital para gestionar de manera virtual sus relaciones con el gobierno? ¿Sin colas, sin papeles, y directamente desde el hospital?
Pareciera ciencia-ficción, ¿verdad?
En absoluto. En Estonia esto ya sucede.
De hecho, en ese país, el 99% de los servicios gubernamentales se prestan en línea, el 98% de las recetas médicas se emiten digitalmente, y el 99% de la población tiene una identidad electrónica. Con esos indicadores, no es de extrañar que Estonia ocupe el primer lugar de la Unión Europea en Servicios Públicos Digitales según el Índice de Economía y Sociedad Digital 2021 de la Comisión Europea.
La experiencia de Estonia para América Latina y el Caribe
La experiencia de Estonia ofrece enseñanzas potencialmente muy útiles para América Latina y el Caribe.
Esa idea quedó clara el 24 de mayo, cuando el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la e-Governance Academy (eGA) lanzaron el informe “e-Estonia: la e-gobernanza en la práctica”. Se trata de una publicación que recoge y analiza los principales logros alcanzados por ese país en materia de gobierno digital. El documento, elaborado por eGA, ha sido traducido al español por el BID con el objetivo de contribuir a la conversación acerca de la transformación digital en América Latina y el Caribe y apoyar ese cambio.
En la sesión de lanzamiento, Miguel Porrúa,, Coordinador de Datos y Gobierno Digital del BID, moderó una conversación entre Hannes Astok, Director Ejecutivo de e-Governance Academy; Devindra Ramnarine, Asesor de Tecnologías de la Información y el Conocimiento (TIC) del Ministerio de Transformación Digital de Trinidad y Tobago; y Marushka Chocobar, Secretaria de Gobierno y Transformación Digital de la Presidencia y el Consejo de Ministros de Perú. En el evento se discutieron los principales avances en e-gobernanza de Estonia, y cómo los países de América Latina y el Caribe podrían aprovecharlos. Puede ver la transmisión completa del evento en el siguiente vínculo de Youtube:
8 Lecciones de la transformación digital de Estonia
En este blog, compartiremos un resumen de los principales temas discutidos en la sesión, destacando 8 lecciones de la transformación digital de Estonia identificadas por el grupo de panelistas.
1. Haz que se muevan los datos, no las personas.
La primera ventaja de los servicios públicos digitales es en costos y eficiencia, ya que una estrategia bien implementada permite tener una administración pública pequeña y eficaz.
Ese fue el punto de partida de Estonia cuando lanzó la digitalización de su administración pública. Como explicó Hannes Astok en el debate: “en Estonia no tenemos demasiados recursos naturales. No tenemos gas, no tenemos minas de oro, por lo que tenemos que ser inteligentes”. Las limitaciones no solo son económicas sino, también, demográficas. Con una población de apenas 1,3 millones de habitantes, “no podemos permitirnos una administración pública grande”, comentó Astok. La solución fue “hacer que los datos se movieran, en lugar de empujar a la gente a moverse entre instituciones”. Y, para mover los datos, es necesaria la digitalización.
2. Aceptar el reto de capturar los datos una vez y compartirlos entre ministerios.
Una administración pública digital puede y debe hacer que la información acerca de cada ciudadano o ciudadana, que hoy está dispersa entre diferentes instancias gubernativas, esté unificada. Así se soluciona un problema derivado del hecho de que, en el mundo actual, la ciudadanía de cualquier país tiene múltiples documentos de identidad en los distintos organismos gubernamentales. Esos documentos tienen diferentes características e información sobre la ciudadanía, y han sido emitidos por instituciones gubernamentales distintas, que también guardan los datos separadamente. Esa multiplicidad de datos en diferentes órganos administrativos causa duplicidades, frena la acción del gobierno y, en definitiva, perjudica a las personas. Un sistema de servicios gubernamentales en línea eficaz puede resolver eso.
Devindra Ramnarine lo explicó de manera gráfica al recalcar que hoy en día “tenemos varias identidades, ya sea el permiso de conducir, los documentos de trabajo, la identificación, los pasaportes”. A su vez, esas identidades están en “varias bases de datos en diferentes ministerios y organismos de todo el país. Todas ellas tienen diferentes combinaciones de esos documentos de identidad, y los datos de cada una de esas bases de datos tienen diferente calidad”.
Cuando el Ministerio de Transformación Digital de Trinidad y Tobago, del que Ramnarine es asesor, se planteó como objetivo estratégico el desarrollo de servicios, una de las tareas que se propuso fue “capturar los datos una vez y compartirlos”, para así poder “crear servicios que se muevan a través de los ministerios y agencias”. Suena como algo lógico, pero en Trinidad y Tobago se encontraron bastantes dificultades para hacerlo.
La solución vino de Estonia. Trinidad y Tobago utiliza- XRoad, el sistema de interoperabilidad creada por ese país, modificado con elementos adicionales. Como dijo Ramnarine, “estamos introduciendo la identidad digital en capas sobre la solución de Estonia en la plataforma de identidad junto con la interoperabilidad. Así pues, estamos trabajando ahora mismo con Estonia para crear un ecosistema que se ocupe de todos los retos a los que nos enfrentamos. Y, de nuevo, queremos hacerlo de forma ágil”. Para este asesor del Gobierno de Trinidad y Tobago, “la solución de e-ID (Identidad electrónica) que tiene Estonia, así como el marco de interoperabilidad, es de importancia crítica para nosotros”.
3. Poner las tecnologías al servicio de la ciudadanía
Estonia también proporcionó a Perú valiosas lecciones en términos de gobernanza digital. Como afirmó Marushka Chocobar: “Tomamos el modelo estonio y lo plasmamos en una ley: la Ley de Gobierno Digital (septiembre de 2018)”.
Perú se enfocó en ampliar la cobertura del gobierno digital, que incluyó diferentes servicios digitales, desde el comercio electrónico hasta las plataformas de identidad digital, pasando por la ciberseguridad. De acuerdo con un estudio del BID, el 61% de los encuestados en Perú realizaron su último trámite en línea y 1 de cada 6 compras se realiza a través de Internet. La digitalización de la economía peruana ha jugado un papel clave en la recuperación post-pandémica de ese país, un proceso que le llevó en 2021 a ser la economía del mundo con mayor crecimiento del PIB. Fue un proceso que, además, se retroalimentó, como revela el hecho de que la mayoría de las tiendas digitales del país apenas tengan un año de vida y además, se facturaron US$9.000 millones a través de plataformas de comercio electrónico durante la pandemia.
4. Ir a lo grande, con audacia y rapidez: Seguir los “pasos de Moko Jumbie”.
Con el lanzamiento de un nuevo Ministerio de Transformación Digital en Trinidad y Tobago, Devindra Ramnarine habló de las herramientas más potentes tomadas por ese país a partir de la experiencia de Estonia. Ramnarine explicó que el país caribeño emprende la transformación digital dando “pasos de Moko jumbie”, en referencia a un personaje mitológico tradicional de ese país, el “Moko”, un protector cuya gran altura facilitaba la visión del mal entre las personas. Según la leyenda, el “Moko”, llegó a Trinidad cruzando el Océano Atlántico desde la costa occidental de África.
La transformación digital permite, así, cruzar océanos y saltar barreras que serían insalvables con los sistemas de gestión tradicionales. Y Trinidad y Tobago quiere avanzar al paso del “Moko Jumbie”. Como recalcó Ramnarine, “no queremos hacer las cosas de forma gradual. Queremos hacer las cosas rápido y realmente necesitábamos asociarnos con una organización que nos ayudara a desarrollarnos, una entidad de la que pudiéramos aprender y con la que pudiéramos crecer”. Estonia fue ese socio que permitió a Trinidad y Tobago avanzar.
5. La construcción de un gobierno digital adecuado no solo tiene que ver con la tecnología.
La tecnología es una creación del ser humano y la manejan seres humanos. Así que, por paradójico que suene, la tecnología es solo una parte de la transformación tecnológica. Sin talento humano, esos cambios no son posibles. Esas habilidades, además, van más allá de la pura capacidad técnica para diseñar e implementar sistemas tecnológicos.
Eso es algo de lo que Estonia, con su enorme experiencia y liderazgo en este ámbito, es muy consciente. Como expresó Astok, “no cabe duda de que tenemos profesionales en ingeniería con talento, pero también se necesitan muchos otros talentos. Si los ingenieros e ingenieras con talento se encargan por sí mismas de la administración electrónica, ésta probablemente fracasaría, porque las interfaces de personas usuarias deben ser fáciles de usar para la ciudadanía, deben ser sencillas y seguras”, expresó Astok.
6. Apostar por la inclusión digital para llegar a todos los rincones del país.
Para Perú, donde 3 millones de los 32 millones de ciudadanos y ciudadanas del país hablan quechua, la digitalización debe ser llevada a cabo de una manera inclusiva, una tarea que está siendo ejecutada a través de la Política Nacional de Transformación Digital, cuyo objetivo es el ejercicio de la ciudadanía digital por toda la población del país.
Como recordó Chocobar, Perú es “un país que debe considerar la inclusión y la igualdad como eje central de su transformación digital”. Ahora bien, ¿cómo lograrlo? Una de las respuesta es: a través de los teléfonos móviles.
Un buen ejemplo de ello lo encontramos en Estonia con la e-ID, que sirve como pasaporte para el “territorio” de ese país en el ciberespacio y como tarjeta de acceso para e-servicios seguros. La población de Estonia tiene una tarjeta de identificación oficial, una identificación móvil a través de smartphones (Mobile-ID), y una aplicación de identificación inteligente (Smart-ID) para teléfonos inteligentes y tabletas, que les permite identificarse en un entorno en línea y otorgar firmas digitales legalmente vinculantes en todo el mundo. Es un sistema prácticamente universal, como revela el hecho de que el 70% de la población utiliza la eID.
7. Abordar la ciberseguridad desde el diseño.
Los sistemas digitales son vulnerables a los ciberataques. Éstos, además, plantean un desafío doble ya que, como recoge el Informe de Ciberseguridad 2020 del BID, identificar un riesgo de ciberseguridad es sólo el primer paso, tomar las medidas contra las amenazas es, de hecho, el mayor reto.
Se trata de un problema complejo. Como reflexionó Chocobar, los países tienen que “planificar cómo vamos a proteger a nuestros países de los ciberataques desde el principio”. Actuar de manera preventiva es complejo, ya que requiere “darle un estatus de seguridad para toda la nación, tomando en cuenta que todo avance digital tiene este riesgo”. Es una estrategia que, además, requiere “presupuesto y talento digital”, como confirmó la Secretaría de Gobierno y Transformación Digital de la Presidencia y el Consejo de Ministros de Perú.
Estonia es un ejemplo reconocido internacionalmente de cómo manejar los incidentes cibernéticos y, de lo que es más importante, cómo aplicar la filosofía del diseño seguro a la sociedad digital. Perú reconoce como uno de sus principales aprendizajes el enfoque del diseño del modelo estonio en ciberseguridad.
8. Entregarle transparencia y honestidad a la ciudadanía.
Aunque la transformación digital debe ser decidida e implementada por los gobiernos, éstos no pueden permitir que la ciudadanía la perciba como un proceso ‘de arriba a abajo’, impuesto sobre ella. Si se da ese caso, se producirá una falla en uno de los elementos más críticos de toda sociedad democrática: la confianza..
Esto es algo que Astok enfatizó. “La confianza en el gobierno es un tema crítico, por lo que primero hay que generar confianza. ¿Cómo? Teniendo apertura con la ciudadanía, lo cual requiere pedagogía, honestidad y humildad por parte de las administraciones”. Incluso cuando la mayoría de la gente no entiende cómo funciona la transformación digital, hay que intentar explicárselo. “Entablar conversaciones abiertas, comunicar incluso los fracasos: no ocultarlos. Hay que intentar ser lo más transparente posible”, insistió el director ejecutivo de eGA.
Astok realizó el cierre de la sesión haciéndose una pregunta: ¿Qué deben hacer los países de América Latina y el Caribe para crear entornos digitales similares a los de Estonia en un futuro próximo? Su respuesta incidió en la importancia de la transparencia y la honestidad. “En primer lugar, los valores democráticos deben estar presentes y los gobiernos democráticos deben apoyar este desarrollo histórico del gobierno. Además, se trata de la transparencia, de la ciudadanía, las empresas y las partes interesadas”. La tecnología es importante. Pero ser capaces de impulsar el cambio lo es todavía más.
eGA cree que puede hacer muchas cosas en América Latina y el Caribe: “Sentimos felicidad de continuar con nuestro compromiso de ayudar”, dijo Astok. e-Governance Academy cuenta con una filial abierta recientemente en Jamaica;; con ese fortalecimiento de su presencia en América Latina y el Caribe espera hacer que la experiencia y el conocimiento de Estonia sean más accesibles a otros países.
“Estamos hablando de la gestión del cambio, de simplificar la vida de la ciudadanía, lo que se puede hacer mejor no es sólo construir carreteras, sino también construir autopistas para la comunicación digital“, concluyó Astok.
A continuación, puedes escuchar las palabras de Kersti Kaljulaid,, expresidenta de Estonia durante el periodo 2016-2021, en su participación del 27 de junio durante la Semana de Conocimiento del BID.
https://youtu.be/c73ftV5x4gk
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