A esa muchacha la he amado desde de su nacimiento. El trato, impulsado por la fuerza de la sangre, ha consolidado ese amor. A principio de este siglo, cuando yo servía al Estado mediante el Gobierno presidido por Hipólito Mejía, ella, como estudiante de la UASD, se afilió al grupo estudiantil VED, un apéndice del Partido de la Liberación Dominicana.
Durante cerca de veinte años ha militado en ese partido hasta alcanzar la membrecía del comité central y una candidatura a diputado en las últimas elecciones.
Si a los amigos hay quererlos con sus defectos, ¿qué no será para con alguien que ha salido de uno mismo? Nunca traté de curarla de su “defecto” y hemos convivido en absoluta armonía.
El pasado 14 de febrero, ella firmó una carta dirigida a los máximos dirigentes del PLD para anunciarles la decisión de apartarse de esa organización. Quizá no haya pensado que ha sido para mí un buen regalo de San Valentín ni tampoco yo lo he dicho, pero lo asumo como tal. Su carta revela mucha riqueza espiritual.
El documento contiene unas 1,120 palabras y compartiré con ustedes algunas ideas de su contenido, sobre todo las que tocan las razones por las que Erinia Peralta se fue del PLD:
En el país es posible hacer otro tipo de política
Después de más de 15 años de militancia política y el camino que he tenido el privilegio de recorrer, tengo la firme convicción de que mis ideales, mi causa, mi sueño siguen estando en mí y que el tiempo solo los ha reconfirmado, fortalecido y enriquecido.
Es aquí donde me he enfrentado a una batalla muy personal que ha sido fundamentalmente movida por varias preguntas, preguntas que no dejo de hacerme desde hace dos años: ¿Es mi causa aún la causa del PLD? ¿Cómo, desde aquí, se me permite contribuir con lo que creo? ¿Estamos persiguiendo las mismas ideas? ¿Hay espacio aquí para construir algo nuevo? o más… ¿Hay interés?.
Creo que es posible hacer otro tipo de política, que es posible asumir, verdaderamente, causas que llevan a transformar el quehacer político y con ello el servicio público, creo que se puede innovar la política, que se pueden revisar las ideas y actualizarlas, sueño con una alternativa verdaderamente progresista que no se pierda con el tiempo o con los liderazgos, que no se aparta de su esencia. Creo que se puede hacer política con justicia, que se puede impulsar la participación equitativa de hombres y mujeres, de juventud. Creo que se puede abrazar las causas de la gente y aun así tener vocación de poder.
rafaelperaltar@gmail.com
(El autor es periodista y escritor residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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